Un reclamo nocturno

DESPUÉS de varios años de enfrentamientos y no pocos desencuentros, el Ayuntamiento y el Cabildo Catedralicio hicieron pública ayer una nota conjunta en la que anunciaban que se han superado todos los obstáculos existentes para poner en marcha las visitas nocturnas a la Mezquita-Catedral. Ha sido necesario rediseñar el proyecto original en varias ocasiones y, de camino, despojarlo de todos aquellos elementos ornamentales que pudieran herir la sensibilidad del Cabildo y desvirtuar "la naturaleza religiosa" del primer templo de la Diócesis. Será por tanto una visita muy similar a la que se realiza durante el resto de la jornada, aunque con el interés especial y el encanto de recorrer uno de los monumentos de mayor relevancia del mundo con el recogimiento que otorga la penumbra. El anuncio es doblemente importante para Córdoba, pues demuestra que, aunque a paso lento, es posible poner en marcha iniciativas determinantes para el futuro de la ciudad.

Porque determinante es para el sector turístico poder contar con la Mezquita-Catedral como reclamo para incrementar las pernoctaciones de los turistas en la ciudad. Conseguir que más allá de las 18:00 haya atractivos turísticos de este calado en el Centro y evitar así que éste aparezca desierto a media tarde es un elemento fundamental para lograr el desarrollo económico de un sector clave para la ciudad. Ahora, es labor de administraciones y sector articular las medidas y actividades necesarias para complementar esta oferta sin igual. Dotar a la ciudad de un circuito de actuaciones nocturnas, abrir otros monumentos como el Alcázar o los Baños Califales, o establecer rutas guiadas con cenas típicas son sólo algunos de los productos que deberían comenzarse a trabajar con mayor denuedo a partir de ahora. La apertura de la Mezquita-Catedral por la noche es una gran noticia para Córdoba, para su economía y para sus aspiraciones de ser Capital de la Cultura en 2016. Aprovechemos pues sus potencialidades y aunemos esfuerzos para sacarle el mayor partido posible. El bien de todos va en ello.