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Mikel Lejarza
Toulouse
Las dos orillas
Los relatos del PP son pésimos. Los relatos del PSOE son mejores. Por eso, Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, aunque consiguió menos votos que el PP en las elecciones generales. Después le hizo unas promesas a Junts y ERC, de las que no ha cumplido ninguna. ¿Dónde está Puigdemont? Sigue siendo un prófugo. ¿Dónde está su amnistía? Por ahí anda. ¿Y el concierto con Cataluña? Todavía está afinando la orquesta. ¿Y las inundaciones de Valencia? Seis días después de que “la ultraderecha infiltrada” le lanzara un palo a Pedro Sánchez y fango al rey Felipe y a la reina Letizia, organizaron una manifestación a la que asistieron 130.000 valencianos para gritar que el culpable es Carlos Mazón, al que el PP se empeña absurdamente en justificar.
Pedro Sánchez ha vuelto a ganar la batalla del relato. Hoy en día lo que cuentan no es lo que ocurre, sino lo que les conviene. Escribió Antonio Machado que “la verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”. Pero hoy en día se considera como la verdad lo que parece que es verdad. Por eso, colar el relato es decisivo. No basta con decir que Teresa Ribera también es culpable si la gente no se lo cree.
En estos momentos, Carlos Mazón es un cadáver político. ¿Qué hacen en el PSOE cuando tienen un cadáver político? Vean lo que ha pasado con José Luis Ábalos. Era el número 2, la mano derecha de Pedro Sánchez. Pues ahora parece que nunca ha sido militante del PSOE, ni la mano derecha del jefe Pedro. Sería manco y sólo tenía la izquierda. Al cadáver político se le entierra en el cementerio de los caídos en combate. RIP. Nunca fue de los nuestros. Y en el caso de Begoña, el culpable es el juez.
En Valencia, el PP ha cometido un gran error. Para empezar, desde el primer día, deberían haber servido en bandeja de barro la cabeza política de la consejera Salomé, que no sabía nada de alertas. Y, a cambio, pedir al PSOE la destitución de los responsables de AEMET, que depende de Medio Ambiente, cuya titular es Teresa Ribera. Y si Pedro Sánchez se lavó las manos y no ayudó al principio, pues explicarlo bien.
La Generalitat valenciana y el Gobierno de España han sido inútiles. Han gestionado una catástrofe como si estuviéramos en el África tropical. El día de las inundaciones y también después. Vean como en la Junta de Andalucía su presidente, Juanma Moreno, sí ha estado a la altura de las circunstancias en Málaga. De eso se trataba.
Mazón no tiene futuro político. Es mejor que se vaya. Ya no le podrá dar la vuelta al relato de que es el gran culpable.
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