
En tránsito
Eduardo Jordá
Un carrerón
¡Oh, Fabio!
Por la BBC nos enteramos de que ha muerto el capitán John Paddy Hemingway, “the last surviving Battle of Britain pilot”. Un gran tipo, Paddy: intrépido e inteligente, como todos aquellos pilotos que defendieron al Reino Unido en tan grave hora. Pero de nada hubiesen servido los esfuerzos de estos valientes sin los cazas Hawker Hurricane y Supermarine Spitfire¡ con los que la RAF consiguió derrotar a la Luftwaffe. También lo hicieron la sangre, el sudor y las lágrimas del pueblo británico. Los cazas británicos no salieron gratis y, como es de imaginar, el dinero que se invirtió en su diseño y construcción no se pudo destinar a muchas otras cosas que sin duda son importantísimas: hospitales, escuelas, parques, pistas deportivas... La realidad no es siempre como uno desearía que fuese. Si los británicos supieron enfrentar la historia fue, entre otras cosas, porque no miraron a otro lado ni buscaron eufemismos con los que disfrazar la realidad. A la bomba se le llamó bomba; al submarino, submarino.
Demos un salto en el espacio-tiempo. El presidente del Gobierno de España ha dejado claro que no le gusta que se llame plan de rearme al plan de rearme que está montando la Unión Europea para afrontar la deserción de Trump y los sueños expansionistas de Putin. Él propone un nombre más bonito, “salto tecnológico”, una denominación tramposa y con cierto regusto maoísta. Sánchez ha debido dejar alucinados a sus colegas europeos. Está tan acostumbrado a la esclerotizada sociedad española y a sus medios de colaboración masivos que ya no sabe cuándo hace el ridículo. A él eso le da igual, porque cuando dijo tal eufemismo no estaba pensando en el “mundo libre”, ni en la defensa de Europa y su democracia, sino en esa endiablada aritmética del Parlamento español que le obliga a presentarse como un aguerrido capitán en Bruselas y como un pacifista de manual en Madrid. Pero a Sánchez ya se le van acabando los trucos, y al mismo tiempo que hacía el ridículo en Bruselas sus socios de Gobierno votaban una moción de los nacionalistas gallegos contra el plan de rearme y por la salida de España de la OTAN. ¿Se imaginan la cara de felicidad gatuna de Putin? Tanto echarle los perros a Vox y, al final, el principal enemigo de la defensa europea lo tiene Sánchez en el banco azul. Descansa en paz, Paddy.
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