
Monticello
Víctor J. Vázquez
Los rostros del anti parlamentarismo
El objetivo indiscreto
La tradición de la trashumancia no tiene los días contados, al menos en Córdoba, gracias al trabajo, al tesón y, también, a la necesidad de ganadores como Felipe Molina, que cada mes de julio llega hasta la capital cordobesa con sus más de 1.400 ovejas de la finca Las Albaidas a primera hora de la mañana de un sábado con destino a Guadalcázar, donde estarán hasta el otoño, que será cuando regresen a la capital. Una estampa de vital importancia en pleno debate sobre la ingesta de carne, que pone en valor el trabajo por la viabilidad de la ganadería sostenible y la necesidad de que la trashumancia siga perviviendo en nuestra tierra.
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