Editorial
La sanidad y el Presupuesto
Editorial
La polémica por la espada de Simón Bolívar no ha salido de España, lo que es muy revelador de la radicalidad de Podemos y su insistencia en atacar a Felipe VI como muestra de su vacío programático. A pesar de que es un partido con representación en el Gobierno, su válvula de contención ha vuelto a estallar. Durante la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, se exhibió la espada de Simón Bolívar, que es una reliquia de alto valor político para varios países americanos y para el movimiento guerrillero M-19, al que el nuevo dirigente perteneció en su juventud. El M-19 llegó a robarla, estuvo en Cuba y en Panamá, pero fue devuelta a principios de los noventa cuando se firmó la paz en Colombia. Si Felipe VI no se levantó cuando la espada fue llevada al escenario es porque no es un símbolo de Colombia, como sí lo son la bandera, el escudo y el himno nacional. Tampoco se levantó el presidente de Argentina, por esta misma razón protocolaria. No hay acto deliberado. Felipe VI lleva participando en tomas de posesión en Iberoamérica desde que era Príncipe de Asturias, y la prueba de las buenas relaciones entre España y Colombia es, precisamente, su presencia en el acto. Podemos vuelve a lucir su rancio antimonarquismo. No hace ni dos semanas que una dirigente morada calificó de "medieval" el juramento de la Constitución que la princesa Leonor hará con la mayoría de edad. Lo medieval eran los juramentos de vasallaje; las constituciones nacionales son de siglos más tarde. La ministra Ione Belarra incurre en falta del sentido de la institucionalidad, porque Felipe VI es quien representaba a España en la toma de posesión de Petro, en su condición de jefe del Estado. Peor ha sido la valoración de un diputado por Granada, al establecer un paralelismo entre la espada del libertador y la guillotina. Sí se echa en falta que algún ministro del Gobierno haya defendido con mayor decisión la actuación del Rey.
También te puede interesar
Editorial
La sanidad y el Presupuesto
Editorial
En Andalucía el tren no pita
Editorial
Ruina política, ruina moral
Editorial
Estabilidad sin oposición