Compromiso y lealtad institucional

Editorial

27 de diciembre 2024 - 03:07

El Palacio de San Telmo ha sido testigo de la renovación del compromiso alcanzado para la salvaguarda de Doñana entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central un año después de la firma del pacto. La nueva ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, que ha relevado en el cargo a Teresa Ribera, ahora vicepresidenta de la Comisión Europea, sigue la estela marcada por su antecesora y junto a Juanma Moreno ha activado un plan de subvenciones para las mejoras ambientales de los agricultores de la zona. Ambos dirigentes han hecho balance del acuerdo suscrito y han coincidido en el alto porcentaje de cumplimiento, alrededor del 80%. Pero más allá del caso particular, esta cita escenifica una política necesaria en estos tiempos tan convulsos, en los que el ruido y el “fango” se han impuesto al debate sosegado y a la colaboración entre administraciones, circunstancia que el ciudadano percibe. El último barómetro andaluz del Centra (Fundación de Centros de Estudios Andaluces) publicado la semana pasada arrojaba unos datos preocupantes acerca de cómo ven los andaluces la situación política nacional. Un 80,6% de los encuestados la calificaban de “negativa” para el futuro del país. Por ello, el ejemplo del Pacto de Doñana debe ser trasladado a otros ámbitos de la política. Así se ha manifestado el propio presidente de la Junta, que aprovechó la presencia de la vicepresidenta Aagesen en San Telmo para resaltar el valor de la política útil.

“Compromiso y lealtad institucional” han sido conceptos claves que han presidido el trabajo de Junta y Gobierno central en el desarrollo del acuerdo que preserva un enclave natural de incalculable valor. Hay que saber combinar la singularidad de Doñana y el respeto al medio ambiente con la prosperidad económica y social, como recordó la propia vicepresidenta en su reciente visita. Que el Pacto de Doñana se haya convertido en una rara avis en la política española da que pensar.

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