El gran apagón

Editorial

España sufrió ayer un corte generalizado del suministro eléctrico que provocó la práctica paralización del país durante toda la jornada, en un escenario absolutamente insólito y del que no hay precedentes históricos. La gravedad de la situación provocó que tres comunidades autónomas, Andalucía, Madrid y Extremadura, solicitasen la declaración del nivel 3 de emergencia que deja en manos del Gobierno central la gestión de esta gravísima crisis energética, fundamentalmente en materia de orden público. De momento, se desconoce el motivo de esta “fuerte oscilación en el sistema eléctrico europeo”, en palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha afectado de lleno a la Península Ibérica. El tráfico ferroviario quedó suspendido con una treintena de trenes parados en el limbo con la consiguiente angustia de centenares de los viajeros. El vial colapsado, un 20% menos de vuelos, decenas de miles de negocios cerrados, cientos de personas atrapadas en los ascensores, operaciones en hospitales y citas médicas anuladas, las clases alteradas y una enorme dificultad para comunicarse entre familias y amigos e, incluso, con los servicios de urgencia. En definitiva, un escenario de angustia e incertidumbre generalizadas que supuso un auténtico test de estrés para la sociedad española. Casi seis horas tardó en comparecer el presidente del Ejecutivo para transmitir un necesario mensaje a la ciudadanía. Pidió evitar las especulaciones al tiempo que no descartaba ninguna hipótesis., aunque no supo precisar las causas se lo ocurrido. Incluso entre los organismos con los que ayer contactó citó a la OTAN. Una vez restablecida completamente la normalidad energética en España habrá que analizar detenidamente lo ocurrido, con profundidad y sin luchas partidarias. Estamos viviendo un primer aviso y hay que tomar todas las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir.

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