El riesgo para el aceite de oliva

El precio del aceite de oliva virgen extra ya ronda los nueve euros por litro, y es posible que alcance los diez, debido a la merma de la campaña pasada y a las malas previsiones para la que ahora se encuentra en el árbol. La larga sequía que afronta Andalucía ha provocado una disminución de la producción durante dos años consecutivos, es la primera vez que esto sucede en siglo XXI y es lo que más está pesando a la hora de fijar unos precios que se determinan, en buena media, por un mercado de futuros. Para los consumidores españoles, muy habituados al uso del aceite de oliva, es un problema, pero la verdadera amenaza se extiende sobre este potente sector agrícola, ya que la subida de precios puede provocar una huida del consumidor hacia otro tipo de grasas vegetales. Las distintas calidades del aceite de oliva lo convierten en un producto con cierta versatilidad para acomodarse a los consumidores, pero esto no durará mucho si prosigue la escalada. Eso es lo que teme el Ministerio de Agricultura, que este aceite de gran calidad se convierta en un producto gourmet por la subida de precios, porque los consumidores prefieran el de girasol u otro sustituto. Buena parte del negocio se juega en la exportación y es donde se corre el riesgo de que sea sustituido por otras grasas. Andalucía es la principal exportadora mundial de oliva, con una producción media que ronda las 1,3 millones de toneladas. En la última década el cultivo de olivos ha ido en expansión en Andalucía, hay 80.000 nuevas hectáreas y se ha producido una importante conversión hacia el regadío y el régimen intensivo. Medio millón de hectáreas se vienen regando en la comunidad, pero el estado de los embalses se ha traducido en una drástica reducción del agua disponible para la agricultura. Tanto el conjunto del sector como el Ministerio y la Consejería de Agricultura deben planificar una actuación porque esta alza de precios tan peligrosa se prolongará durante más de un año.