La tribuna
Salvador Gutiérrez Solís
Un cuento de Navidad
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Decir que La Presa de La Colada "trae cola" no es nada nuevo, ya que desde el inicio del proyecto ha generado un constante revuelo y, en otra de las acepciones de esta expresión, todo lo que está aconteciendo en torno a ella conlleva graves consecuencias para el norte de la provincia por la ineficacia de un socialismo andaluz que ha sido incapaz de poner al servicio de la ciudadanía una infraestructura que el Gobierno de Aznar dejó prácticamente terminada en el año 2004. Ya en 2013, se podía leer en los medios que "después de un inversión de 24 millones de euros en la presa y casi otros 20 en parte de la red secundaria, resulta que este pantano tan demandado en su día, está ahí, en el norte, en Los Pedroches, pero solo como espacio de recreo y de almacenamiento inútil de agua".
Resulta que para utilizar ese agua es necesaria la red que une la presa con la de Sierra Boyera y esta red -que tenía que haber puesto en marcha el Gobierno Andaluz tal y como prometió Fuensanta Coves en 2007- trece años después de la construcción de la presa está sin finalizar, por lo que cabe preguntarse: ¿Cómo es posible que 12 años después la red no se haya finalizado? ¿Qué ha pasado con el dinero tantas veces anunciado y difundido a los cuatro vientos por los gobiernos del PSOE para este fin?
La respuesta a estas preguntas está en la propia identidad, falta de oficio y eficacia en la gestión del socialismo andaluz, salpicado de agravios y desigualdades entre territorios, además de extremos casos de corrupción, pero también en algo que se remonta al principio de esta historia y que es un gran exponente de la política partidista y excluyente al servicio de unos intereses que en nada son los que tiene la ciudadanía. Así, cuando un gobierno del PP anunció a principios del milenio la construcción de la presa parece ser que era demasiado para el socialismo andaluz y cordobés asumir que el PP echase en el "zurrón de los logros" una infraestructura tan importante sin más. De esta forma comenzó una guerra sin cuartel con el argumento espurio de la aportación de los usuarios hasta que la Diputación gobernada por el PSOE se hizo cargo de la misma para así poder tener el protagonismo deseado. Creo que en aquellos momentos lo único que les importaba era intentar disminuir el impacto que podía suponer el hecho de que un gobierno del PP hubiese sido sensible a las necesidades de una tierra en la que el PSOE gobernaba prácticamente en todos los municipios, pero en la que llevaba deambulando demasiado tiempo sin proyecto de territorio ni nada que se le pareciese.
Calmadas las aguas de la soberbia, durante años solo hemos visto reclamar al socialismo cordobés la playa de El Viso que tanto anhelaban, mientras que el agua necesaria para las personas y para el ganado de Los Pedroches , que el Partido Popular lleva solicitando durante más de una década, continua sin poder salir de la gran piscina a la que el socialismo de Andalucía han condenado a la presa de la Colada.
Dados estos precedentes, es más que sorprendente, por no decir indignante, ver cómo tras escasos meses del cambio de gobierno en Andalucía, los socialistas cordobeses, y entre ellos el nuevo presidente de la Mancomunidad de los Pedroches, exigen al gobierno de Juan Manuel Moreno la finalización de unas obras sobre las que se han mantenido callados con un silencio sepulcral durante 13 años. ¡Buen comienzo para un nuevo presidente de la Mancomunidad¡ que recoge el testigo del puro interés partidista ninguneando a todos los municipios no gobernados por ellos y echando leña al fuego de la ruptura de este órgano politizado e inútil.
Ante esta exigencia, la nueva delegada de Agricultura, Araceli Cabello, con las armas de la realidad -y con una elegancia exquisita-, ha dejado claro que en la "herencia recibida ni había proyecto para finalizar las obras ni presupuesto para tal fin". La reacción no se hizo esperar apareciendo con bastante menos elegancia el señor Jesús María Ruiz, secretario de Política Institucional del PSOE en Córdoba, para insultar a la delegada y volver a exigir que se haga con urgencia lo que ellos han sido incapaces de hacer en 13 años.
Como decía Lincoln, es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo. Creo que el señor Ruiz aún no se ha dado cuenta de que en Andalucía hay una mayoría que no está dispuesta a dejarse engañar más.
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