El garaje de los Machado

El despacho del director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (RASBL) se halla en una dependencia situada al fondo del patio trasero de la Casa de los Pinelo, un palacio renacentista de ensueño. Antiguamente, pudo haber sido la zona destinada a la guarda de carruajes; lo que en la actualidad denominaríamos como garaje.

Dicha estancia está presidida por el escritorio original de Fernán Caballero. Las elegantes estanterías que recubren sus paredes contienen primorosas ediciones de famosas obras literarias, entre las que destacan las de los libros de los hermanos Manuel y Antonio Machado, y también de su padre, Demófilo. Anteriormente, esta habitación presentaba otros curiosos detalles machadianos. En uno de sus tabiques estuvo colgado un cuadro de Isabel II (hoy en el salón de actos) pintado por Cipriana Álvarez (abuela de los Machado); asimismo, sirvió para conservar el fichero alfabético de los académicos (ahora en la sala de juntas), en el que figuran el abuelo (esposo de Cipriana) y patriarca familiar, Antonio Machado Núñez, quien fue rector de la universidad de Sevilla y alcalde de la capital hispalense, como numerario, y sus nietos Manuel y Antonio Machado Ruiz, como correspondientes.

El 19 de enero de 2023, René Payo, director de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes (en adelante, RAB), Lola Robador, correspondiente de la Burgense, Antonio Collantes de Terán y yo (secretario y director de la RASBL, respectivamente) nos reunimos en el descrito despacho. El motivo era que la RAB había recibido recientemente el fondo documental de José María Zugazaga, secretario personal de Manuel Machado. Estaban apareciendo muchas e interesantes novedades sobre este autor y, también, respecto de la relación personal con su hermano Antonio. René Payo manifestó que le gustaría montar una exposición con lo más selecto del Archivo de Manuel Machado (en posesión de la RAB) y de esta nueva documentación en la ciudad natal del poeta, a ser posible en la RASBL. Apuntó que, además, en 2024 sería el 150 aniversario del nacimiento de Manuel. Comenté que teníamos una excelente relación tanto con la Fundación Unicaja, titular de la gran mayoría de los fondos sobre Antonio Machado, como con el Ayuntamiento y la Universidad de Sevilla.

En ese instante, por ensalmo, percibimos un requerimiento mágico. Llegó en forma alada y sin rima. Pude traducirlo con exactitud:

“Hablen con las instituciones que sean necesarias y organicen la mayor exposición sobre la familia Machado. Proclamen y difundan, de una vez y para siempre, la auténtica realidad de la fraternal e inescindible unión de Manuel y Antonio”.

Todos lo aceptamos y, a continuación, acordamos que debería ser expuesta en Sevilla, Burgos y Madrid. En la capital del reino, la ubicación idónea sería la Real Academia Española. Los dos hermanos fueron académicos numerarios, aunque Antonio quedó como electo: desgraciadamente, no pudo leer su discurso de ingreso.

En EEUU las grandes ideas surgen entre gente joven que se reúne en el garaje de una casa. Suelen dar pie a revoluciones tecnológicas con pingües beneficios económicos. En España es imposible. Aquí, en el garaje, aparcamos el coche.

Los reunidos en este fantástico despacho (antiguo garaje) sin ser jóvenes, ni inventores de ninguna patente revolucionaria, recibimos una idea que podría otorgar a la sociedad española una fabulosa fortuna: la historia de una excelsa familia de intelectuales con el definitivo mensaje de una completa reconciliación nacional.

A los pocos días visité a don José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación Unicaja, le comuniqué el proyecto, y lo aceptó de inmediato. No sólo aportaría sus fondos documentales, sino que además asumiría el papel de patrocinador. Las restantes instituciones necesarias para este gran evento cultural se adhirieron con entusiasmo en cuanto fueron notificadas.

La RASBL, encargada de la gestión integral de la exposición (selección de los objetos y documentos, creación del itinerario histórico y literario, elaboración de su catálogo…), designó como responsables a sus miembros numerarios doña Eva Díaz y don Alfonso Guerra, quienes han hecho un extraordinario y brillante trabajo.

Escribo estas líneas en mi despacho de la Casa (encantada) de los Pinelo, donde surgió la exposición Los Machado, retrato de familia. Aquí empezó todo.

El artículo es el texto de presentación del catálogo de la muestra ‘Los Machado, retrato de una familia’, que se inaugura hoy en Sevilla y permanecerá abierta hasta el 20 de diciembre.