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Remedios de los Dolores Magín (en adelante, Reme), pitonisa personal de Pedro Sánchez, enchufada en la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia con despacho propio en la Moncloa, me llamó el otro día para contarme sus últimas andanzas. Un curioso relato. Al parecer, el mes pasado había aprobado la oposición a espía de la Generalidad de Cataluña. Como algún lector podrá recordar realizó un último ejercicio muy brillante. El caso es que, desde entonces, ha tenido que trabajar sin descanso para los dos gobiernos, central y autonómico, con un único cometido: sacar adelante el documento del acuerdo PSOE- Junts.
La nueva agente secreta catalana goza de una gran ventaja: conoce bien a Carles Puigdemont y a su esposa Mars Topor, y comparte con ellos una desmedida afición por la brujería. Trabaron una buena amistad en el Congreso europeo de magia de 2018 que se celebró en Brujas (Bélgica). Para el matrimonio fue muy cómodo asistir desde la cercana Waterloo.
Aunque el documento estaba ya redactado por el citado partido catalán, Puigdemot exigió que su cónyuge y Reme lo verificaran con las cartas del tarot en Bruselas con la asistencia del representante del PSOE, el señor Santos Cerdán, eminente hombre de Estado de Milagro (Navarra).
Mars, quien estaba grabando su programa de inglés en la red de televisión local de Barcelona, pidió a Reme que empezaran el viaje común en Sort (Suerte, Lérida), con el objetivo de poder encontrar a la célebre bruja Adelina, la que fuera consejera personal del “ex honorable” Jordi Pujol. Pero no la hallaron. Esta hechicera tuvo un papel decisivo en la política catalana en los años 90. Lo único que consiguieron fue que un apuesto señor que se identificó como Pujol les diera dos maletas de mucho peso para entregar en un domicilio concreto de Ginebra (Suiza). Reme, algo desconfiada, preguntó por su contenido. El tal Pujol contestó que contenían muchos billetes de la lotería de Navidad adquiridos en la afamada administración de la Bruja de Oro. Reme aprovechó para comprar una botella de anís del Mono, su bebida preferida, de origen catalán.
En la capital suiza resultó que la dirección de entrega de las maletas era la de una señora que dijo llamarse Marta Rovira (la lideresa de ERC que según aseguran estaba detrás de la violenta plataforma Tsunami Democràtic). La política independentista recibió (con otro Pujol) las maletas, y les dio una misiva para que se la leyeran a Puigdi (como llamó a Puigdemont con familiaridad) tras la firma del referido documento en Bruselas.
Las pitonisas cogieron un avión y en pocas horas ya estaban en la sede del parlamento europeo en la capital belga reunidos con Puigdi y Cerdán. Mars procedió a leer el documento de marras, mientras Reme sacaba con magia las cartas convenientes. En la introducción se habla de que todo es culpa del PP. Salieron los naipes del Diablo y de la Muerte. Luego se cita el control y verificación internacional del acuerdo y aparece el Ermitaño, que significa espera y reflexión. A continuación, el referéndum, y surgen el Mago y el Mundo que anuncian un nuevo futuro para la patria catalana. Acto seguido, se lee el beneficioso pacto fiscal, y aflora la rueda de la Fortuna, el enriquecimiento de la Hacienda de la Generalitat. El acuerdo sigue con la ley de amnistía, y brilla la Estrella que implica la absoluta libertad sin antecedentes ni deudas para los mártires del independentismo. En cuanto a la investidura de Sánchez: el Sumo Sacerdote y el Mundo, acreditativas de que el carismático líder del PSOE sería elegido como presidente del gobierno. Y se firmó el acuerdo.
Faltaba por saber el texto de Rovira. Requería el nombramiento urgente de cuatro relatores internacionales que controlaran la negociación del gravísimo conflicto histórico, político, social, cultural, económico, étnico, racial y religioso entre España y Cataluña. Y proponía para la primera reunión de Ginebra a un líder sudafricano preferentemente negro, a un norirlandés del Sinn Féin más bien pelirrojo, a una mujer oriental de tez amarillenta premio Nobel de la Paz, y a Arnaldo Otegi, como representante de la oprimida nación vasca. Puigdi, sugirió quitar al sudafricano negro y al pacífico hispano para no herir susceptibilidades raciales ni étnicas, y sustituirlos por un obispo nombrado por el Estado vaticano y un funcionario de la ONU procedente del comité de derechos humanos, a lo que todos asintieron.
Como broche final brindaron con anís del Mono. Salvo Cerdán quién, emocionado, en un alarde de radical discrepancia prefirió una copa de pacharán navarro, antes de despedirse con una ridícula y servil reverencia.
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