La Aemet pronostica en Córdoba lluvias por encima de la media en enero y un invierno más cálido de lo normal

el tiempo en 2024

Los datos de 2023 dejan un año "extremadamente cálido" y "muy seco", prolongando hasta los 94 meses la sequía más larga desde que hay registros

Frío, lluvias y tormenta para la segunda semana de enero

Un joven se refresca en una fuente de del Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Un joven se refresca en una fuente de del Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba. / Salas / Efe

El primer pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para este 2024 contempla dos variaciones en la provincia de Córdoba, respecto al inicio de 2023. Según las estimaciones de la agencia, el primer trimestre del año (enero-marzo) será más cálido de lo normal; por otro lado, se dibuja un mes de enero más lluvioso de lo habitual.

Para ello, se espera que las precipitaciones se asienten con cierta regularidad e intensidad a partir de la segunda mitad del mes de enero, superando los 62,2 litros por metro cuadrado que se suelen anotar de media (en la provincia) tras la primera hoja del calendario, reconoce a este periódico el delegado de la Aemet en Andalucía, Juan de Dios del Pino. Respecto al resto de meses del año, la previsión es "bastante incierta", aclara, ya que en tema de lluvias es difícil anticipar con exactitud.

En cuanto a las temperaturas, la previsión que manejan desde la Aemet para el primer trimestre de 2024 es que termine con una "anomalía térmica positiva" (por encima de la temperatura mensual media de los últimos 30 años). Según los meses, la temperatura media en enero es de 9,3 grados; de 10,7 en febrero y de 14, 8 en marzo. Esto no quiere decir que que n este sentido, según el resumen climático del año pasado, el mes de marzo concluyó con una oscilación térmica de +0,9 grados (15,7 grados), mientras que los meses de enero y febrero se mantuvieron prácticamente en la media.

Ambas proyecciones de la Aemet para 2024 responden a lo que en el argot se denominan como "episodios de variabilidad climática", es decir, oscilaciones propias del clima mediterráneo que pueden subir o bajar de un año a otro, pero que en ningún caso suponen un cambio de rumbo en la tendencia inexorable del cambio climático: donde "la temperatura global, a pesar de las variaciones que puedan producirse, dibuja claramente una línea ascendente y en la que los períodos húmedos serán cada vez son más cortos y los períodos secos serán cada vez más cortos, es decir, que las sequías, como la actual que va por 94 meses, serán más extensas", explica el delegado territorial de la Aemet.

2023: cálido, seco y la aparición de 'Bernard'

Metereológicamente, el año 2023 se define como un curso "extremadamente cálido" y "muy seco". En la provincia de Córdoba, la temperatura media (sumando de enero a diciembre y dividiendo por 12 meses) fue de 18 grados, lo que supone una anomalía positiva de 1,2 grados sobre la media del período de referencia (1990-2020). Se consolida en lo alto de la tabla de la serie histórica como el segundo año más cálido, detrás del año 2022, que anotó una temperatura media de 18,3 grados y una anomalía térmica de 1,5.

SI se mira la clasificación atendiendo a otros valores como la temperatura máxima media, el año 2023 se equipara con el 2022 como el más cálido con una máxima media de 25,1 grados. Respecto a la temperatura mínima media, se sitúa como el tercero año más cálido con una media de 11 grados, por detrás de 2022 (11,5 grados) y 2020 (11,3).

En cuanto a las precipitaciones, el año 2023, es el tercero más seco desde 1961, con una precipitación media 342,5 mm (equivalente al 59% sobre la media anual, situada en 582,3 mm), logrando la consideración técnica de "muy seco". En este sentido, el año más seco sigue siendo el 2005 con 306,4mm, equivalente a un 53%.

Al 2023 hay que sumarle además, un listado de anomalías climáticas entre las que destacan la ola de frío a final de enero, los calurosos meses de abril y octubre, las oleadas de polvo africano o la borrasca Bernard con rachas de viento históricas, aunque "hubo más", señala Del Pino. Todo ese conjunto de fenómenos en un mismo año es "consecuencia del cambio climático, de una atmósfera con más dióxido de carbono, temperaturas más elevadas y más energía disponible para fenómenos meterológicos adversos", explica, y añade que "lo más probable es que se vuelvan a repetir estos fenómenos en 2024, independientemente de su variabilidad climática".

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