El Ayuntamiento de Baena actúa por emergencia en el muro del cementerio
Campiña Este
La obra provoca la exhumación de los nichos afectados y traslado con el permiso de las familias afectadas
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El Ayuntamiento de Baena ha iniciado una obra de emergencia en el muro del cementerio municipal Nuestra Señora del Buen Suceso debido al estado de ruina que presentaba. En concreto, esta intervención afecta al muro y a los nichos que se apoyaban en él, puesto que están localizados en la zona de la fachada principal del cementerio, en el propio muro que hasta ahora estaba apuntalado.
Esta actuación se debe a que en esta zona se han constatado derrumbes parciales de cubierta y falso techo, así como la aparición de nuevas grietas que amenazan la estructura del mismo. Esta situación ha obligado a que la cubierta de este grupo de nichos haya tenido que ser previamente retirada ya que presentaba un estado de deterioro importante.
El presupuesto total de esta actuación supera los 35.000 euros y está siendo necesario llevar a cabo la exhumación de los nichos afectados y traslado con el conocimiento y permiso de las familias, que en algunos casos están presentes. Cuando finalice la intervención en el muro la zona afectada quedará como patio.
Fue hace dos años cuando se realizó una actuación urgente de apuntalamiento y se inyectó lechada de cemento en el subsuelo para conseguir resistencia, si bien no se ha hecho nada más. Ahora, el objetivo es que todo esté terminado para la festividad del Día de todos los Santos, una actuación que va a permitir la seguridad de todos los visitantes.
Fue en octubre de 2021 cuando el ingeniero técnico de la empresa encargada de las obras, Juan Hidalgo, detallaba que “a raíz de unos movimientos en la estructura del cementerio de Baena se estaban produciendo unas fisuras sobre todo en la fachada” y tras “un estudio exhaustivo” se llegaba a la conclusión de que los movimientos se producían “por un fallo en el terreno de apoyo”.
Ante esto hecho, desde la empresa se decidió “realizar una actuación urgente de apuntalamiento, con el fin de asegurar la fachada mientras se buscaba una solución definitiva y garantizar la integridad del edificio y de las personas que lo visitan” y se emplazaba a que pasase el Día de los Santos para acometer “una obra de consolidación”.
Esta intervención consistió en estabilizar el terreno de apoyo con el fin de que esos movimientos cesasen en el futuro” y se hizo “inyectando lechada de cemento en el subsuelo para conseguir una resistencia mayor del mismo” y que garantizase el apoyo correcto de las estructuras.
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