Bayyana, una villa rodeada por un cinturón de murallas de época medieval

Baena

El Ayuntamiento impulsará un plan de intervención para la puesta en valor de este Bien de Interés Cultural

Detalle de la muralla de Baena / S. Núñez

Asentada sobre un cerro y rodeada de sus fuertes murallas, la localidad de Baena tomó una gran importancia en la época medieval musulmana, y es que las conocidas como murallas de la Almedina constituyen, sin duda, uno de los elementos más singulares del origen de la población actual y poseen un significado especial dentro del tejido de la ciudad, siendo su presencia determinante en la imagen de la localidad.

El arqueólogo municipal, José Antonio Morena, asegura que “Baena es una de las pocas ciudades que conserva bastante completo el cinturón de murallas que rodea la villa” y “todavía se ven en los lienzos, este, sur y oeste las líneas de cortinas, puertas y torres que formaban la cerca, aunque las primeras presentan aparejos de muy distintas épocas, muros posiblemente musulmanes y otros de los siglos XIV y XV”.

Una de las técnicas del Consistorio baenense, Belén García, explica que “este recinto amurallado, rodeado de torres como la Torre del Sol y la Torre de la Cárcel, además de los Arcos de la Consolación y Arco Oscuro, es considerado un bien inmueble perteneciente al patrimonio histórico-artístico municipal, declarado como Bien de Interés Cultural que proporciona una serie de valores intangibles asociados a sus contenidos estéticos o simbólicos”.

Por este motivo, García insiste en que “hay que fomentar el aprecio por parte de los ciudadanos, manifestado en un deseo de recuperación y preservación de estos elementos, ya que del patrimonio cultural, surgirán iniciativas que conllevarán empleos asociados principalmente a la demanda turística, y que pueden contribuir al desarrollo económico de las ciudades con patrimonio cultural”.

Ante estas circunstancias y dada la importancia que tienen las murallas de Baena, desde el Ayuntamiento van a impulsar un plan de intervención de puesta en valor cuyo objetivo principal es “plantear las actuaciones necesarias para lograr la restauración de las murallas de la Almedina, garantizando al mismo tiempo la estabilidad de la zona, así como de las viviendas potencialmente afectables y de los tramos de muralla comprometidos”.

De igual forma, el proyecto recoge la conveniencia de que, “sin dejar de atender a la conservación e integración del patrimonio histórico y arqueológico, resulta urgente realizar intervenciones de consolidación estructural en los restos de la muralla emergente con fines no solo turísticos sino también para evitar posibles afecciones a viviendas y vecinos del entorno más inmediato”.

Los trabajos de recuperación y puesta en valor están encaminados a reparar los daños y deficiencias que presentan los elementos existentes, recuperar los elementos perdidos cuya función estructural es imprescindible y reordenar el espacio, otorgándole nuevos accesos y recorridos que aumenten el valor y la riqueza arquitectónica del conjunto, entre ellos la un mirador en la Torre del Sol que por su ubicación ofrece unas vistas espectaculares.

Detalle de la muralla de Baena. / S. Núñez

La aspiración última de la propuesta de intervención recogida en el proyecto es, fundamentalmente, la conservación de la memoria a través de la preservación del patrimonio construido, inigualable fuente de información y depositario de la memoria colectiva, permitiendo su visita pública.

En 2016, ya se llevó a cabo una intervención arqueológica en el sector sureste de la muralla que ponían al descubierto cuatro torres y confirmaban el trazado de la misma en este sector que no estaba claro y se desconocía. De este modo, se pudo constatar que “conservan restos del paramento original, cuya cronología en estudio podría remontarse a época emiral, coincidiendo con las primeras noticias de Baena en la Alta Edad Media que datan del año 899 con motivo de la rebelión de Omar ben Hafsun, año en el que se apoderó del lugar como paso previo a la conquista de Córdoba”, según explicó entonces el arqueólogo municipal.

La Baena árabe se denominó Bayyana según la cita del historiador cordobés Ibn Hayyan. Los invasores árabes-beréberes escogieron el lugar que ocupa el casco histórico de Baena por sus cualidades estratégicas resurgiendo con gran prosperidad, como centro administrativo, militar y agrícola de la comarca, convirtiéndose en el año 929 en la capital de la cora de Cabra.

Al paramento original de la muralla se adosan reparaciones posteriores de la Edad Moderna y Contemporánea, obedeciendo estas últimas a la necesidad de mantener el paramento, sin embargo, las de época moderna (siglos XVI-XVII) son muros de viviendas que se adosan a la muralla.

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