Belalcázar vive una nueva romería de la Virgen de la Alcantarilla con miles de personas

Los Pedroches

Los romeros cruzan el río Zújar con la Virgen de la Alcantarilla.
Los romeros cruzan el río Zújar con la Virgen de la Alcantarilla. / Luis Gómez

Como cada último fin de semana de abril, Belalcázar se ha vuelto a volcar con la romería de Nuestra Señora de Gracia de Alcantarilla, una cita que tiene más de 800 años de historia. Miles de personas se han dado cita en la ermita de la patrona del municipio de Los Pedroches para trasladar a La Chiquinina, como se la llama también cariñosa y familiarmente en Belalcázar, hasta la parroquia de Santiago el Mayor.

El sábado por la mañana parte casi todo el pueblo hacia la ermita de la patrona, ubicada a 20 Kilómetros de Belalcázar, muy cerca de la frontera con la provincia de Badajoz. Los belalcazareños ausentes, aquellos que partieron años atrás hacia otras tierras para labrarse un futuro, y sus descendientes suelen ser muy fieles a la hora de volver a la localidad para vivir la romería. Son muchos los que vuelven para vivirla.

La programación oficial romera comienza a las 12:00 del sábado con el ritual de besar el manto de La Chiquinina, a la que hacen una ofrenda de flores. Tras una breve procesión, cuando la Virgen entra en la ermita comienza una jornada festiva-religiosa en la que son muchas las familias y amigos que acampan al lado del santuario y que comparten entre ellos y con todos los que se les acercan todo tipo de comidas y bebidas.

Tras la eucaristía romera de la noche del sábado y una procesión en la que la Virgen camina flanqueada por centenares de antorchas, apenas se despierta la mañana del domingo llega el momento de partir para el pueblo. Llega uno de los momentos más espectaculares de la romería: el momento en el que los romeros y las romeras cruzan el río Zújar con la patrona a hombros. Las andas de la virgen son adornadas con decenas y decenas de cintas de colores, en esta ocasión de color azul cielo, a las las cuales se aferran los romeros y romeras para cruzar esas aguas, este año un poco crecidas. Tras la Virgen, decenas y decenas de jinetes y amazonas también cruzan el Zújar a lomos de sus caballos.

Al llegar el domingo a la localidad, la Virgen -tras pasar antes por las Lastras y las Piedras de San Pedro-, espera en la Fuente Vieja hasta que todas las cofradías y hermandades de la villa y decenas de mujeres ataviadas con trajes típicos, le dan la bienvenida. Ya entrada la noche llega la hora de que la patrona realice su entrada triunfal en Belalcázar flanqueada otra vez por centenares de hermanos que la iluminan con antorchas. Un gran castillo de fuegos artificiales pone el broche final a estos dos días de fiesta grande en Belalcázar antes de que Nuestra Señora de Gracia de Alcantarilla acceda entre un mar humano a la parroquia de Santiago el Mayor, donde permanecerá hasta el próximo mes de octubre, en el que volverá a su ermita.

Primer plano del paso del río Zújar.
Primer plano del paso del río Zújar. / Luis Gómez
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