Belmez, Carcabuey y Valenzuela llenan las calles de colores por el Corpus Christi
Tradiciones
En muchos pueblos de Córdoba el Corpus Christi es una de las citas más tradicionales y que resulta especialmente vistosa por la confección de las alfombras de serrín que adornan las calles
El traslado de la Sagrada Cena para la procesión del Corpus Christi de Córdoba, en imágenes
En muchos de los municipios de la provincia de Córdoba la celebración del Corpus Christi es especial. Belmez, Valenzuela y Carcabuey suelen engalanar sus calles con las más coloridas alfombras de serrín para esperar el paso de las procesiones. Son, además de una seña de identidad y cultura, un atractivo turístico para autóctonos y foráneos.
El Corpus se celebra el primer domingo tras sesenta días después del Domingo de Resurrección, pero en Belmez los preparativos empiezan mucho antes, en días previos, cuando los vecinos van al campo a recoger juncias con las que realizan una alfombra que adorna las calles por las que pasa la procesión. Las puertas de las casas se adornan con macetas y las ventanas y balcones con hojas de parra, olivo o telas nobles, y se instalan también pequeños altares con la imagen de los sacramentos en rincones de la ciudad.
El campo toma también las calles de Valenzuela, cuya celebración está declarada Bien de Interés Turístico Provincial gracias a las llamativas alfombras de serrín coloreado por las que procesiona su Custodia desde hace más de medio siglo. Es un día grande y especial para la localidad, que con luz y color recibe a numerosas personas que la visitan atraídas por la cita, de vital importancia para su población.
Las macetas y los mejores mantones en los balcones de las viviendas de la ciudad así como altares callejeros en los que se detiene la procesión, siendo los pétalos de flores y las velas que iluminan el paso de la Custodia elementos también presentes durante la procesión. La Consejería de Turismo y Cultura de la Junta explica que si bien en origen eran juncias recogidas de las veredas de los ríos las que cubrían las calles del casco urbano de Valenzuela el día de la procesión del Corpus Christi, hoy los vecinos elaboran, según el modelo más difundido a lo largo de la geografía andaluza (y nacional) desde los años sesenta del siglo XX, alfombras con serrín coloreado.
La implicación de la corporación local en el aporte del serrín y tintes contribuye, sólo en parte, a la continuidad de una actividad ritual cuya responsabilidad en la elaboración de las alfombras sigue recayendo en los vecinos y vecinas de más edad.
Es tan importante para la localidad de la Campiña Este que el pasado mes de septiembre su tradición llegó hasta el Camino de Santiago de la mano de 100 vecinos, que se encargaron de realizar varias réplicas de las emblemáticas esteras de serrín multicolor durante el peregrinaje a la capital gallega, coincidiendo con la celebración del Año Xacobeo.
En Carcabuey se decora cada una de las calles por donde pasa su procesión. En la madrugada, se lleva a cabo la elaboración de una alfombra coloreada constituida, también, por una mezcla de serrín y colorante. El montaje se realiza gracias a la participación de la población.
En la localidad de la Subbética son los más jóvenes quienes se encargan de la elaboración de la trama callejera. Hacen los dibujos con unas plantillas metálicas que se van rellenando de distintos colores del serrín coloreado; así construyen con creatividad formas geométricas vistosas que, enlazadas, pasan de calle en calle, realzando el itinerario procesional. Los mayores sacan las macetas el interior de las casas para dar verdor y vida al espectacular conjunto, que se completa con los pequeños altares repletos de flores aromáticas.
Para los vecinos de Carcabuey la celebración del Corpus "significa esfuerzo, el esfuerzo de todo un pueblo, grandes y pequeños, hombres y mujeres, trabajando en la confección de los más de mil metros de alfombra de serrín multicolor, a lo largo de todo el recorrido, que ya al atardecer realiza el cuerpo de Jesús por las calles de nuestro pueblo". Además, el Ayuntamiento de la ciudad se encarga de que las calles estén adornadas también con unas mil macetas para recibir una procesión que, según la corporación, "es fiel reflejo de la religiosidad de un pueblo, pero a la vez es una de las manifestaciones estéticas más maravillosas de cuantas jalonan el calendario carcabulense".
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