Captura un siluro de más de dos metros en el pantano de Iznájar: "Da mucho respeto enfrentarte a algo así"

Medioambiente

Juan Muñoz, un vecino de Priego de Córdoba, pesca un ejemplar de 2,5 metros y cerca de cien kilos

"Al principio da mucho respeto, es una sensación de mucha adrenalina", relata

El siluro, una amenaza real para el río Guadalquivir

Juan Muñoz, con el siluro en la orilla del pantano de Iznájar.
Juan Muñoz, con el siluro en la orilla del pantano de Iznájar. / El Día

El pantano de Iznájar, el lago interior más grande de Andalucía, ya tiene su propio monstruo. Se trata de un siluro de 2,5 metros y cerca de cien kilos que, tras ser capturado por Juan Muñoz, un aficionado a la pesca natural de Priego de Córdoba, fue devuelto a las aguas cálidas del embalse cordobés tras la foto de rigor. La gesta tuvo lugar hace unos días en la zona habilitada para zona deportiva, cerca del conocido como puente largo, a mediodía de una jornada muy cálida.

Los siluros, ya de por sí de grandes dimensiones, merodeaban por la zona atraídos por los señuelos de los pescadores. Juan, que lleva desde los 12 años perfeccionando su hobby y se conoce el pantano al dedillo, sabía que el día podía darse bien, aunque no tanto: "Utilicé un señuelo ondulante, sin cebo. Y de pronto noté una picada en la caña brutal. El siluro come mediante absorción e intenta irse. Ahí me di cuenta de sus dimensiones".

Tardó unos 25 minutos en sacarlo del agua. Ante él, un ser monstruoso de 2,5 metros de longitud de tacto y olor repulsivos: "Lo cierto es que es bastante desagradable... Huele a a cieno del pantano y lo recubre una capa de babas que dejan bastante mal olor tanto en la piel como en la ropa", describe. A Juan, tractorista de profesión, lo acompañaba en aquel momento su novia, que tomó la foto.

"Al principio te da mucho respeto enfrentarte a algo así, sobre todo si te metes en el agua hasta la cintura y te mueves entre ellos. Es una sensación de mucha adrenalina, ya que es de un tamaño enorme y estás en su terreno", explica.

Al siluro, una hembra, le calcula unos 25 años de edad, poco menos que la suya propia. "Como hace tan buen clima y tienen alimento, crecen muchísimo y cada vez son más grandes. Seguro que dentro de poco se pescarán otros mayores que este", avisa. Y lamenta que, hace unos años, en Iznájar era posible capturar buenos ejemplares de carpas, barbos gitanos y black bass, pero el siluro, el de mayores dimensiones de todos ellos, "está acabando con todo". "Teóricamente, cuando los sacamos podemos sacrificarlos, pero los devolvemos al agua, esto ya no tiene solución", asume.

Juan, con el siluro gigante.
Juan, con el siluro gigante. / El Día

Puede vivir más de un siglo

La realidad es que el siluro europeo (Silurus glanis), originario de los grandes ríos de Europa Central, es una especie invasora que lleva varias décadas en el Sur de España, donde fue introducido para la pesca con consecuencias destructivas para los ecosistemas. Es "oportunista, voraz y agresivo", como lo describe la Universidad de Córdoba (UCO). Puede vivir más de 100 años y supone una amenaza medioambiental en todos los ríos nacionales porque devora todo tipo de peces, anfibios, mamíferos e incluso aves acuáticas.

Considerado el pez más grande de Europa, se sabe que está presente en el río Guadalquivir desde hace, al menos, una década. Desde hace unos meses, un equipo de investigación científica de la UCO junto con el Instituto de Formación e Investigación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa) analizan la situación de este pez para poder darle caza y acabar con su existencia. De ahí que la institución universitaria haya puesto marcha un estudio piloto que tratará la presencia del siluro en el bajo Guadalquivir.

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