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Mikel Lejarza
Toulouse
Los Pedroches
"Es demagógico hablar del apoyo a la llamada España vacía y al mismo tiempo adoptar medidas que provocan precisamente su vaciado". La localidad de Cardeña al completo, con la alcaldesa, Catalina Barragán (IU), al frente han iniciado una cruzada para evitar el cierre del colegio rural Quercus, en la aldea de Venta del Charco, tras la comunicación oficial que la Delegación de Educación acaba de hacer a las familias. "La desaparición de servicios, como en este caso nuestra escuela, hace que los pueblos pierdan vida y esa pérdida va unida a la falta de futuro, de prosperidad, de ilusiones y, en consecuencia, a su envejecimiento y despoblación", expresa el Ayuntamiento cardeñoso en un comunicado hecho público este miércoles.
En el colegio rural Venta del Charco estudian actualmente cinco niños, todos varones, de entre 6 y 12 años: los tres más pequeños, en un aula de Infantil y los dos de más edad, en Primaria. El cierre de las instalaciones obligaría a los niños a desplazarse a diario al colegio de Cardeña, a unos ocho kilómetros, lo que las familias rechazan de manera frontal. Este jueves, las familias han protagonizado un acto simbólico de protesta a las puertas del centro. Y la movilización continuará en los próximos días con la intención de frenar el cierre, que "todo el pueblo" ve como una afrenta a los vecinos.
"Esto no es cosa de cinco familias. Todo el mundo está involucrado", explica la madre de uno de los menores, María del Carmen Cano. "El cierre es un palo para todo el pueblo, y obliga a las familias más jóvenes a que se vayan", dice la afectada. Cano ha iniciado una recogida de firmas en el portal Change.org y las acciones continuarán en los próximos días en las redes sociales.
En Venta del Charco residen actualmente 158 vecinos, y como consecuencia de la pandemia y del teletrabajo hay personas jóvenes que se están interesando en trasladarse a este entorno privilegiado de Los Pedroches, en pleno parque natural de Cardeña-Montoro. "Lo primero que nos preguntan es si hay colegio", relata la alcaldesa. De ahí que desde el Ayuntamiento se reclame "la apuesta de todas las administraciones en defensa del mundo rural" y una "discriminación positiva" a favor de los pequeños núcleos". "Aunque haya pocos alumnos deben tener las mismas oportunidades y facilidades a la hora de asistir a clase que aquellos que viven en núcleos de población mayores", insiste el Consistorio.
Para el Ayuntamiento, el modelo de colegio rural presenta unas "particulares ventajas" respecto a lugares con mayor alumnado, como "una atención más personalizada o una especial motivación por aprender y donde están muy presentes una serie de valores positivos como compartir, el cuidado mutuo, el respeto y el refuerzo de la identidad".
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