Cientos de personas vuelven a disfrutar del ritual de la matanza del cerdo en Alcaracejos

Cientos de personas han disfrutado este sábado en Alcaracejos de un típico día de matanza: nublado y frío pero con los genuinos aromas de una de las tradiciones más singulares del mundo rural ibérico, que tiene en Los Pedroches una de sus muestras más auténticas. Tras el parón provocado por la pandemia, vecinos y visitantes estaban deseosos de recuperar un encuentro con el sacrificio, procesado y aliñado tradicional del cerdo ibérico, que, en estas fechas, pasada la montanera en la dehesa, entrega su vida para proporcionar manjares únicos.

Ya desde primera hora de la mañana ha habido ambiente de día festivo porque tras la ruta de senderismo se ha celebrado el tradicional desayuno molinero para afrontar la larga jornada matancera. Las candelas se han encendido rozando el mediodía y, aunque los más mayores recordaban los tiempos en los que se mataba al alba, desde la organización se ha señalado que el horario se fija en función de las preferencias del público en un día festivo.

Tras los preparativos ha comenzado el descuartizado de un cerdo ibérico de unos 160 kilos, que ha llegado ya sacrificado al entorno del Museo de la Matanza. Mientras los vecinos y visitantes deambulaban entre el amplio mercado, con una veintena de puestos de productos típicos, gastronómicos sobre todo, se procedía al descuartizado del cerdo por una cuadrilla de vecinos.

Una de las novedades de esta edición ha sido la exhibición de cocina que ha tenido lugar en el patio del museo a cargo de Carlos Fernández, cocinero del restaurante Karan Bistró, de Pozoblanco, que ha realizado diversas e innovadoras elaboraciones con la carne del cerdo ibérico y los productos de la matanza como principales protagonistas de sus platos. Casi al mismo tiempo que tenía lugar el showcooking, las matanceras se encargaban de elaborar chorizos, morcillas y salchichones, atendiendo a quienes le preguntaban sobre cómo se desarrolla el proceso, que está fundamentado en un saber que pasa de generación en generación.

Pero no todo ha sido cerdo ibérico. A las 14:00 se ha procedido al concurso de aceitunas caseras aliñadas y a las 14:30, ha tenido lugar exposición de dulces tradicionales, justo antes del comienzo de las degustaciones de migas y de cocido matancero. Como en una evocación de los ritmos pasados de la matanza, una vez terminado el trabajo simbólico de aliñar y embuar en las tripas, ha comenzado el baile, cuya mecha han encendido el grupo de Danza Los Jarales y el Grupo Alcaria con la interpretación de Corros y Danzas Tradicionales. Las tonadas de los instrumentos de cuerda y las letras típicas de la zona ha llenado de color la plaza de la iglesia en un previo al fin de fiesta, a partir de las 19:30 con la orquesta Gambayá.

El alcalde de Alcaracejos, Jose Luis Cabrera (PSOE), ha resaltado que “por fin hemos podido disfrutar de la Fiesta de la Matanza y ver el pueblo lleno de gente conociendo nuestra cultura y nuestras tradiciones. Ha costado pero ha sido posible”. Por ello, ha dado las gracias a los vecinos y los comerciantes por su implicación en la fiesta y por hacer posible que “la magia de este ritual retorne con toda su fuerza”. Cabrera ha deseado que tras esta XVI edición de la fiesta de la matanza venga la siguiente en 2023 “sin ningún tipo de incidencia de por medio”.