La Colada abrirá a primeros de julio la segunda playa artificial de Córdoba
El Ayuntamiento de El Viso ultima en la zona recreativa del embalse unas instalaciones que se suman a las que ya están operativas en el embalse de La Breña, en Almodóvar del Río
Tras muchos años en los que resultaba imposible encontrar una zona habilitada para el baño en pantanos o ríos de Córdoba, la provincia contará este año con dos playas, artificiales, eso sí. Y es que las autoridades competetes han confirmado que dos embalses cordobeses, el de La Breña ( en el término de Almodóvar) y el de La Colada (en el de El Viso), cumplen los requisitos de seguridad establecidos para la concesión del permiso para ser zonas de baño.
En el caso de La Colada, el Ayuntamiento viseño estimó que la playa estaría habilitada en el plazo de un año natural. Aún así, la gestión del Consistorio ha hecho posible que ese plazo se reduzca, por lo que a principios del próximo mes estará disponible para aquellos visitantes que quieran sumergirse en sus aguas, dejando atrás aquello de "asumiendo los riesgos". La zona recreativa aumenta así su potencial con la zona de baño, que se suma al parque multiaventuras, a la zona infantil y el proyecto Starlight, como dijo el alcalde, Juan Díaz (PSOE).
La playa se ubicará a unos 2.000 metros del paramento de la presa, ocupará una superficie de unos 1.780 metros cuadrados y tendrá una longitud de 125 metros, toda ella cubierta de arena fina que aún está siendo volcada en el lugar. Además de este acondicionamiento, el Ayuntamiento tiene las tareas de mantener las condiciones de limpieza, higiene y salubridad de la playa e instalar carteles que informen sobre las características e infraestructuras de la misma, sobre las medidas de seguridad y sobre esa otra información que facilite el resto de administraciones competentes.
Para Córdoba, una provincia acostumbrada a emigrar a las playas de Málaga y Cádiz (en la mayoría de los casos) en busca de la combinación de arena, agua y sol, la playa de La Colada supone la segunda zona de baño habilitada para el año 2018 tras la playa de La Breña, algo que hubiese venido bien el año pasado dadas las altas temperaturas que se registraron. Aunque los bañistas ya acudían a los embalses sin que estuviesen habilitados para su uso, es ahora cuando podrán hacerlo dentro de los parámetros de seguridad que protegen a los usuarios de todos los elementos que han de tenerse en cuenta y, que en muchos casos, se pasan por alto por desconocimiento.
En La Breña, además, pueden vivirse actividades como la escalada o las rutas en kayak, que alimentan la experiencia que pueden vivir todos aquellos que apuesten por esta singular zona de baño cordobesa. Respecto al horario, ambas playas se podrán disfrutar de 11:00 a 20:00 todos los días hasta el próximo 30 de septiembre, según los permisos concedidos.
La disponibilidad de estas dos playas rompe con la sequía de la provincia respecto a zonas de baño, ya que este verano hubiese sido el décimo sin contar con algún permiso. En 2017 por estas fechas sólo se había registrado una solicitud en el censo de aguas continentales procedente de Jauja (Lucena) que no consiguió el visto bueno y, por ello, no pudo poner en marcha el proyecto de playa artificial. Existía, además, la zona continental de baño del embalse de Iznájar, que cuenta con la playa de Valderanas, pero que ni siquiera a día de hoy dispone de una licencia que permita sumergirse en sus aguas, aunque todo el entorno está adaptado como zona de playa y recreo.
Estas nuevas opciones significan un cambio en la planificación de los días de playa, especialmente para aquellas personas residentes en localidades más lejanas a las provincias costeras, ahorrándose tiempo en transporte y las posibles aglomeraciones.
Aunque las playas artificiales pueden contar con un elevado número de detractores, lo cierto es que los controles que se aplican a nivel autonómico y local son exhaustivos para poder cumplir los parámetros de seguridad y evitar prohibiciones.
Las autoridades deben garantizar el control de la calidad sanitaria de las aguas de baño, establecer la temporada de baño y el calendario de control, además de velar para que se tomen las medidas de gestión oportunas para evitar la exposición de las personas bañistas a la contaminación de las aguas. Por último, también pueden decidir las prohibiciones temporales o permanentes de baño y las medidas para la información al público.
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