Condenado a llevarse los perros de su casa por los continuos ladridos y molestias que causaba a su vecino en Villanueva de Córdoba
Los Pedroches
La sentencia condena al propietario de los animales a indemnizar a la familia afectada, que llegó a plantearse dejar su vivienda
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"Hemos sufrido mucho; los ladridos eran a todas horas y constantes". Es lo que pone de manifiesto el vecino de Villanueva de Córdoba a quien la Justicia le ha dado la razón y haya condenado a su vecino a retirar los perros que tenía en su domicilio debido a los ladridos que emitían y que generaban "ruidos absolutamente intolerables para el oído humano", según consta en el fallo.
El fallo del Juzgado de Primera Instancia de Pozoblanco es bien claro al recoger que condena "a los demandados a retirar de modo inmediato todos los perros que poseen en su vivienda sin que en lo sucesivo puedan volver a poseerlos en lugar próximo a la vivienda de los demandantes".
La sentencia también condena a los propietarios de los perros a abonar de manera conjunta y solidaria a los demandantes "en concepto de indemnización por los daños morales causados la cantidad total de 16.450 euros con sus correspondientes intereses legales desde la interposición de la prense demanda, con expresa imposición de las costas causadas para la parte demandada".
La familia afectada vive en la casa desde 2005 y no había tenido ningún problema con su vecino, pero todo cambió con la llegada de los perros. "Hemos aguantado mucho", reconoce el demandante. Antes de llegar a los tribunales, la familia afectada intentó hablar con su vecino por todos los medios, pero no obtuvo resultado.
"Mi familia y yo, dos adultos y dos hijos menores de edad, llevábamos sufriendo los ladridos incesantes de varios perros encerrados en un patio colindante a nuestro domicilio desde hacía años y quejándonos personalmente a los dueños de los canes", detalla.
La situación fue a peor y los ladridos no dejaban de cesar a todas horas del día hasta que a finales de 2017, este vecino jarote decidió presentar una denuncia ante la Policía Local de Villanueva de Córdoba que "no hizo gran cosa por solucionar el problema", según ha expuesto. Un aspecto que, por cierto, también recoge la sentencia y que tilda de "pasiva" la labor del Consistorio en este caso.
Y es que, el fallo asegura que "resulta ciertamente sorprendente que ante tal grado de reclamaciones y denuncias la actitud del Ayuntamiento y de la Policía Local haya resultado de tal pasividad, al menos aquí en las actuaciones y con las pruebas practicadas es lo que se deduce".
"Ni siquiera se hubiera ordenado y practicado una simple diligencia de medición de ruido por la Policía Local, algo a lo que finalmente la parte actora se ha visto avocada a realizar con sus propios medios aportando pericial con la demanda con unas consideraciones técnicas muy precisas y con un clarificador informe de ratificación en el acto de la vista al que se refiere en sus razonables explicaciones no solo de cómo los niveles superan los objetivos de ruido establecidos en el RD 1367/2007", recoge.
Tapones para los oídos
Ante el incesante ruido y molestias generadas por los perros día tras día, la familia afectada intentó buscar otra solución para poder conciliar el sueño e intentaron "todo lo imaginable", como el uso de tapones, instalar ventanas y puertas insonorizadas, además de desplazar su lugar de descanso y ocio fuera de la casa siempre que pudieron, además de hablar con el Defensor del Pueblo.
Como tampoco dio resultado, esta familia dio otro paso y presentó una demanda en el juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Pozoblanco cuya sentencia les fue favorable, siendo ratificada por la Audiencia Provincial de Córdoba.
En su defensa y, según la información a la que ha tenido acceso este periódico, los afectados "aportaron vídeos e informe pericial de ensayo acústico cuya conclusión es que es indiscutible el muy grave
incumplimiento de la normativa vigente en contaminación acústica, pues se superan los límites siempre en más de 6 dBA (en concreto, apreciamos lecturas que llegan a los 41 dBA)".
Según el fallo, esta medida "supone unos umbrales de ruidos absolutamente intolerables para el oído humano y que se está incurriendo en una conducta que la normativa aplicable tipifica como de muy grave".
"Analizando el resto de la prueba en su conjunto me conduce a concluir que los ruidos que causan los dos perros que los demandados tienen en su casa, cuya existencia y propiedad reconocen, exceden de la normal tolerancia de un hombre medio y de lo que cualquier persona estaría obligada a soportar, puesto que de la prueba practicada en autos se desprende que las molestias generadas por los ladridos de los perros no ha sido un hecho aislado, sino continuo en el tiempo", añade la sentencia.
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