El Corpus Christi en los pueblos de Córdoba: alfombras de colores y altares en una fiesta que trasciende lo religioso
Tradiciones
Las celebraciones en Belmez, Valenzuela y Carcabuey son las más especiales de la provincia y se han convertido en una atracción turística
Los vecinos hacen de madrugada estas creaciones de arte efímero sobre las que pasa la Custodia
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La fiesta del Corpus Christi se vive con intensidad en la provincia de Córdoba, especialmente en algunos pueblos como Valenzuela, Belmez o Carcabuey, donde son famosas sus alfombras de colores y altares. Debido a su atractivo, esta festividad trasciende lo religioso para convertirse en una atracción turística llena de encanto, color y arraigo. Desde hace días, los vecinos y los ayuntamientos han trabajado en los preparativos para que todo estuviera listo este domingo.
En Valenzuela, esta fiesta está declarada Bien de Interés Turístico Provincial por el atractivo de las llamativas alfombras de serrín coloreado por las que procesiona su Custodia desde hace más de medio siglo. La celebración comenzó el pasado jueves con una programación que ha incluido actuaciones musicales en el parque municipal y una fiesta lúdico-infantil con castillos hinchables.
En la noche del sábado al domingo, los vinagorros -desde niños a personas mayores- han participado en el relleno de alfombras, que acabó en torno a la 01:00 con una chocolatada en los salones parroquiales. Estas obras de arte efímeras han sido objeto de admiración durante todo el domingo, hasta el paso de la procesión de la Custodia -pasadas las 20:00-, que ha estado acompañada por la banda de música Ciudad de Porcuna.
Los motivos florales y las figuras geométricas han decorado estas alfombras llenas de vivos colores y que han estado acotadas por grandes maceteros. Los balcones se han engalanado con mantones y se han creado altares en las calles en los que ha hecho parada la Custodia. Los pétalos de flores y las velas han sido otros elementos protagonistas de esta fiesta.
Aunque en origen eran juncias recogidas de las veredas de los ríos las que cubrían las calles del casco urbano de Valenzuela el día de la procesión, hoy los vecinos elaboran, según el modelo más difundido a lo largo de la geografía andaluza (y nacional) desde los años 60 del siglo XX, alfombras con serrín coloreado. El Ayuntamiento aporta el serrín y los tintes para facilitar la continuidad de esta tradición.
En Belmez, este año la festividad del Corpus ha estado precedida por un triduo que se ha desarrollado los días 30 y 31 de mayo y 1 de junio. Esta tarde, se ha celebrado la procesión del Santísimo Sacramento por las calles del municipio, que los vecinos han adornado con alfombras y altares. Las puertas de las casas se han decorado con macetas y las ventanas y balcones con hojas de parra u olivo. Además, como cada año, se han instalado pequeños altares con la imagen de los sacramentos en rincones del pueblo.
Sin embargo, los preparativos empiezan mucho antes, en días previos, cuando los belmezanos van al campo a recoger juncias. Con ellas realizan una alfombra que cubre de verde el suelo de las calles, dejando en las vías principales una hilera central que muestra partes del empedrado de la calzada, así como confeccionando motivos florales con papel o los mismos pétalos. Los vecinos esperan el paso de la comitiva en las calles y balcones, tirando pétalos de flores desde algunos de ellos, lo que también van haciendo los niños y niñas que han hecho la comunión este año y que encabezan el cortejo que sale desde la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Por su parte, en Carcabuey, más de mil metros de alfombra de serrín multicolor conforman el recorrido que al atardecer ha realizado la procesión del Corpus. En este municipio, cada año la Denominación de Origen Priego de Córdoba patrocina un desayuno molinero con aceite de oliva a los vecinos, que durante la madrugada colaboran para crear las alfombras con serrín y colorantes. Hermandades, asociaciones, grupos locales y ciudadanos participan en esta tarea. A esto hay que añadir los centenares de macetas y los altares que se levantan a lo largo del recorrido.
Los más jóvenes se encargan de la elaboración de la trama callejera, elaborando los dibujos de las alfombras con unas plantillas metálicas que se van rellenando de distintos colores de serrín coloreado. Así construyen con creatividad formas geométricas vistosas que, enlazadas, pasan de calle en calle, realzando el itinerario procesional.
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