Cultura declarará BIC las danzas de Fuente Carreteros, Fuente Tójar y Obejo
Patrimonio cultural inmaterial
Los bailes del oso y de los locos, de San Isidro y el 'patatú' hunden sus raíces en tiempos inmemoriales
Alcalde defiende que la Junta es "pionera" con este reconocimiento
La Comisión Provincial de Patrimonio ha aprobado la tramitación del expediente para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC), la danza de los locos y el baile del oso, de Fuente Carreteros la danza de San Isidro Labrador, de Fuente Tójar, y la danza de las espadas (los llamados danzantes de San Benito o el patatú), de Obejo.
Así lo ha informado el delegado de Cultura, Turismo y Deporte y presidente de la comisión, Francisco Alcalde, quien ha manifestado que, "desde Córdoba, continuamos avanzando en la incorporación al patrimonio cultural inmaterial de Andalucía de nuevas actividades de gran relevancia en nuestra provincia, que constituyen manifestaciones culturales excepcionales y singulares".
"En todos los casos –continúa el delegado–, representan valores simbólicos e identitarios muy arraigados en las poblaciones que las acogen". "Son expresiones que van más allá de su vistosidad o espectacularidad, ya que representan un arraigo ancestral en el territorio y entroncan con tradiciones centroeuropeas medievales, con vinculaciones a danzas primitivas, tanto de carácter religioso como laico, y que actualizan antiguos rituales propiciatorios y de protección para el pueblo que les da vida", ha dicho.
El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, toda la población de Fuente Carreteros vibra al son de los locos, un baile que representa la matanza organizada por el Rey Herodes –que mandó matar a todos los recién nacidos e inocentes–. La llamada locada está compuesta por seis locos y la loquilla; son bailarines que tocan las castañuelas a la vez que van danzando con cambios y cruces. Respecto a la danza del oso, tiene lugar el mismo día y entronca con el origen centroeuropeo de los colonos que fundaron el municipio. Los componentes de este baile son dos: uno es un hombre, el cual pega y azota al otro componente, disfrazado de osa.
En enero y marzo, Obejo se vuelca en torno a la danza de las espadas. Simboliza el arte guerrero de los pueblos bárbaros y es la tradición más arraigada de la localidad, en la cual intervienen 32 hombres y el maestro, los cuales acompañan, sin parar de bailar, al santo en la procesión hacia la ermita. El momento más esperado es conocido como patatú, en el cual los danzantes simulan ahorcar al maestro de danza utilizando para ello sus espadas de hierro, dispuestas unas contra otras, quedando la cabeza del maestro apresada entre todas ellas.
Y, en mayo, Fuente Tójar florece con sus danzantes en honor a San Isidro. Los danzantes visten faldas de telas estampadas, refajo, alpargatas de cáñamo y un colorido sombrero que parece criado en algún jardín. Dentro de la iglesia, el maestro ordena al toque de sonaja que la danza empiece, y los ocho integrantes del grupo inician sus pasos. Saltan y se cruzan delante del santo labrador, realizan giros, el llamado redondillo. Algunos estudiosos sitúan su origen, incluso, en el siglo XV.
Una iniciativa "pionera"
Con esta iniciativa de la Delegación de Cultura de Córdoba, la provincia se convierte en "pionera" en cuanto a la defensa y protección del patrimonio inmaterial, por el número de bienes que ha ido incorporando, al poner en marcha "todos los mecanismos legales para que las actividades con valores etnológicos reconocidos se mantengan en el tiempo y puedan legarse a las generaciones futuras, evitando su desaparición", ha insistido la Delegación de Cultura.
Alcalde ha manifestado que, "con esta protección que hoy se inicia, y cuya tramitación continuará a través de la Dirección General de Bienes Culturales y Museos hasta su declaración definitiva como Bien de Interés Cultural, propiciaremos que la provincia de Córdoba tenga uno de los conjuntos patrimoniales más ricos e interesantes de Andalucía incorporados al Catálogo General del Patrimonio Histórico, tanto por la excelencia de sus representaciones, como por su variedad y connotación histórica".
"Estas danzas –añade Alcalde– entroncan con toda la población, que las vive como algo suyo, con las que se identifican y participan con pasión, que todos comparten en las fechas señaladas". El delegado señala, finalmente, que "salvaguardar nuestro patrimonio inmaterial, por su fragilidad, complejidad y vulnerabilidad, es uno de los grandes retos que tienen todas las administraciones y toda la ciudadanía. De ahí la importancia del compromiso social para que lo intangible siga perviviendo entre nosotros".
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