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La Comisión de Patrimonio de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía ha dado el visto bueno al informe técnico del Servicio de Bienes Culturales para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, al toque de tambor del Judío de Baena.
La futura inscripción como BIC se justifica por una serie de valores, como su significación etnológica como expresión viva y dinámica del sentir de un pueblo. Constituye uno de los modos de expresión más significativos del ciclo ritual anual de Baena, comienza su presencia en las calles en la víspera de San José y culmina el Domingo de Resurrección, mientras está presente durante la Cuaresma y la Semana Santa, otorgándoles singularidad. La importancia de esta figura en la Semana Santa baenense se explica por el carácter social y simbólico que alcanza, participando activamente en las procesiones y desfiles.
La presencia sonora del judío tamborilero se expresa en los tres tipos de toque diferenciados, según el momento en el que se interpreten: toque de procesión, toque de calle y redoble. En la ejecución del toque del tambor de Baena se emplean dos tipos de tambor: el tambor del judío o caja y el tambor ronco, los dos con cualidades sonoras e intérpretes diferenciados.
El toque de tambor desempeña una función social y cultural de integración y pertenencia a la comunidad, fomentando el respeto mutuo y la tolerancia. Constituye un elemento identitario y de cohesión social en el contexto local, e incentiva la participación de los más pequeños que participan en el ritual junto con los adultos, reproduciéndose la práctica de padres a hijos. Socialmente, las agrupaciones de judíos se organizan en cuadrillas que, a su vez, se estructuran en dos turbas o mitades simbólicas por adscripción al color, la turba de los judíos colinegros y la turba de los judíos coliblancos, que vertebra a la sociedad sin distinción de edad, género y clase social. El deseo de adhesión a una cola u otra se hereda de padres a hijos y es signo de identidad familiar o de amistad.
Las cuadrillas de colinegros y coliblancos se constituyen como asociaciones culturales, funcionan con entidad propia dentro de las cofradías y cuentan con espacios propios para el desarrollo de sus actividades, los cuarteles, auténticos espacios de sociabilidad colectiva que funcionan a lo largo de todo el año, donde se hace la vida social y se forman los futuros judíos tamborileros pertenecientes a una y otra cola. La importancia social del judío en la última década ha llevado a la constitución de otros grupos sociales en torno al mundo del tambor.
El papel desempeñado en los actos de la Semana Santa, la importancia social de las cuadrillas de judíos y la rivalidad histórica entre las dos colas, han hecho que se convierta en figura emblemática de la Semana Santa de Baena, símbolo y expresión de la identidad colectiva del municipio, un hecho que refrenda esta importancia simbólica a nivel local es el pregón de Exaltación a la figura del judío tamborilero como acto previo a la Semana Santa.
Igualmente el toque de tambor se vincula con actividades artesanas que se desarrollan en Baena como la elaboración de tambores, de cascos de judíos y bordados para las casacas, que combinan además diferentes tipos de saberes, como latería, orfebrería, filigrana, carpintería, guarnicionería o curtiduría. Además, el desarrollo de esta actividad a lo largo de los años ha permitido la generación de un léxico singular específico como vehículo de comunicación y plasmación de la peculiaridad de los elementos integrantes de esta actividad.
El toque de tambor del Judío se lleva a cabo en espacios pertenecientes al casco histórico, en templos, plazas o calles, así como en bares o cuarteles, permitiendo la revitalización y el mantenimiento de esta zona de la ciudad.
Además del valor etnológico, el toque de tambor del Judío de Baena posee un indiscutible valor histórico como testimonio de una larga tradición. Aunque el personaje está datado en los desfiles del Barroco con otra indumentaria, a mediados del siglo XIX la figura configura su fisonomía actual, cambiando progresivamente las lanzas y rosarios por los tambores y el uniforme militar.
Las fuentes históricas señalan que el uso del tambor se constata en la segunda mitad del siglo XIX, aunque no se registra de manera generalizada hasta las primeras décadas del siglo XX. La división entre las dos colas se produce a finales del siglo XIX como consecuencia de las diferencias sociopolíticas entre los distintos sectores sociales.
El toque de tambor del Judío de Baena se encuentra documentado en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía (APIA) desde 2010 junto a la elaboración del casco del judío y del tambor. La Semana Santa de Baena está reconocida de Interés Turístico Nacional.
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