Enresa celebra con Córdoba los 30 años de "servicio público seguro, sostenible y transparente” de El Cabril

Medio Ambiente

La empresa conmemora la efeméride con un vídeo en el que se destaca la relación de la instalación con distintos sectores de la sociedad y un audiovisual sobre el pasado, presente y futuro del centro

La celebración de los 30 años de El Cabril, en imágenes

José Luis Navarro, Yolanda Benito, Eva Noguero y Eugenio Domínguez. / Miguel Ángel Salas

El Centro de Almacenamiento El Cabril, ubicado en Hornachuelos, cumple este octubre -concretamente el día 9- 30 años de vida operativa y la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) -sociedad pública que lo gestiona- ha conmemorado esta efeméride con la sociedad cordobesa en el Palacio de Congresos de la capital.

Y lo ha hecho dándole un especial protagonismo a la propia sociedad cordobesa, a través de un vídeo en el que han participado -destacando la importancia del complejo y el trabajo que en él ha realizado y realiza Enresa- desde responsables de los medios de comunicación locales y la Asociación de la Prensa de Córdoba, hasta responsables de instituciones cordobesas, institutos de enseñanza, el Hospital Universitario Reina Sofía, el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos, la Universidad de Córdoba, los empresarios o el Seprona. También han participado en el resumen audiovisual trabajadores de la propia Enresa.

"El Cabril cumple 30 años de servicio público seguro, sostenible y transparente; la instalación de Hornachuelos comenzó a funcionar en octubre de 1992, un año clave para la modernización y la internacionalización de España”, ha destacado el presidente de Enresa, José Luis Navarro.

“El Cabril se ha consolidado a lo largo de estos años como la mejor solución para la gestión de estos materiales”, ha afirmado Navarro. Tres décadas después del inicio de su actividad, ha defendido, el centro “sigue siendo un referente internacional como modelo de gestión”, tal y como continúan atestiguando las continuas visitas técnicas internacionales que acuden para asesorarse y conocer el funcionamiento de esta instalación. Además, ha añadido, “no sólo soluciona un problema ambiental” gestionando residuos de muy baja, baja y media actividad de más de un millar de productores en toda España, sino que “ha sabido implicarse en el desarrollo social, cultural y económico de su entorno”.

En esa misma línea se ha expresado la directora del complejo ubicado en Sierra Albarrana, Eva Noguero, quien ha subrayado que El Cabril es una instalación que sigue siendo valorada internacionalmente “como un centro modélico, cuya concepción y tecnología lo colocan a la vanguardia de las instalaciones existentes en su género”. Las garantías de seguridad y protección radiológica allí existentes tanto para sus trabajadores como para la población y el entorno natural, “están plenamente garantizadas”, ha añadido.

En estos últimos 30 años, el centro de almacenamiento ha experimentado una mejora continua, tal y como ha destacado Noguero, quien ha tenido un emotivo recuerdo para antecesores suyos en el cargo de responsable del complejo, como Andrés Guerra-Librero o Carlos Pérez. Entre esas mejoras, por ejemplo, se construyeron nuevos edificios auxiliares para mejorar y adaptarse a las nuevas tecnologías; y la sala de control original se sustituyó por una más avanzada con puestos multidisciplinares y cámaras de alta definición que facilitan las tareas de almacenamiento.

Con la creación de Enresa en 1984, uno de los primeros objetivos que se marcó la empresa fue dotar a España de un modelo de gestión y almacenamiento de los residuos radiactivos de baja y media actividad que se generaban en las centrales nucleares, hospitales, industrias y centros de investigación. Tomando como referencia los centros de almacenamiento franceses, los técnicos de Enresa proyectaron una instalación de almacenamiento en plataformas de hormigón con los procesos automatizados y manipulados a distancia. El Ministerio de Industria concedió en 1989 la autorización de construcción del nuevo Cabril. El 9 de octubre de 1992, tras realizar las pruebas correspondientes, el Ministerio de Industria otorgó el permiso de explotación. Los primeros residuos se trasladaron a las plataformas en abril de 1993.

Asistentes a la celebración de la efeméride. / Miguel Ángel Salas

También, de forma presencial la directora general del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, Yolanda Benito, y ex rector de la Universidad de Córdoba

Eugenio Domínguez Vilches han querido compartir unas palabras en la celebración de la efeméride para destacar el valor y servicio de El Cabril, felicitando a Enresa por esta trayectoria.

El 30 aniversario de las instalaciones de la Sierra Albarrana llega en un momento en el que este complejo se someterá al proceso de ampliación más ambicioso de los realizados en toda su historia, unas obras arrancarán en el año 2025 y que estarán listas en 2028, tal y como reconoció hace unos meses el presidente de Enresa, quien avanzó entonces que fijó la fecha de clausura de El Cabril en el horizonte 2050.

¿Y por qué se amplía El Cabril? Pues Navarro quiso dejar claro que este proceso ya estaba contemplado en el Sexto Plan de Residuos Radioactivos que se aprobó en 2006, en el que los técnicos “acertaron” al plantear que las nuevas celdas tendrían que estar operativas en 2028. A todo ello hay que sumar que Enresa y las empresas propietarias de las centrales nucleares acordaron un calendario de cierre, por lo que la entrada de residuos de baja, media y muy baja intensidad en los próximos años va a ir en aumento.

Para despejar dudas, José Luis Navarro ratificó que a la provincia de Córdoba no vendrán otros residuos nucleares que no sean de baja y media intensidad y que será el Gobierno el que debe tomar la decisión sobre los restos de alta actividad, ya sea en un futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) o en un Almacén Geológico Profundo (AGP).

A 31 de diciembre de 2021, estaban llenas 22 de las 28 estructuras de almacenamiento de residuos de baja y media actividad (RBMA), con 35.524,85 metros cúbicos almacenados, lo que supone una ocupación del 81,38 %. Respecto a la instalación complementaria para los residuos de muy baja actividad (RBBA), a 31 de diciembre de 2021 había almacenados 21.452,98 metros cúbicos de residuos. En la instalación complementaria para RBBA hay construidas dos celdas de almacenamiento las cuales se encuentran al 25,09% y 21,50% de sus respectivas capacidades.

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