Fiestas “descontroladas” en Montalbán: “Había jóvenes toreando dentro de un bar”
Campiña Sur
Los vecinos critican los excesos cometidos durante las celebraciones en honor al patrón
Montalbán se "autoconfina" para intentar cortar la cadena de contagios
Un paseo fotográfico por Montalbán tras el 'autoconfinamiento'
"Había jóvenes toreando dentro de un bar", narra un vecino de Montalbán mientras toma el fresco en la calle Ancha para intentar describir el "descontrol" vivido durante las fiestas patronales que, coinciden muchos, están detrás del foco de más de 50 casos de covid-19 en este municipio de Córdoba, de apenas 4.200 habitantes. El alcalde, Miguel Ruz (IU), ha asumido este domingo que hubo "relajación", un término suave para lo que describen algunos.
En la farmacia de la calle Empedrada surge pronto el debate entre quienes aguardan su turno para entrar. ¿Por qué la localidad suma casos récord de coronavirus? ¿Qué motivos hay? "El descontrol ha sido muy grande", lamenta una mujer con la voz amortiguada por la mascarilla, que en ocasiones sirve también como mordaza, pues son pocos los que se atreven a hablar. "Los bares han estado llenos de chavales de 16, 18, 20 años. Ni distancias de seguridad ni protección", lamenta otra. "Pasé por la puerta de un pub y me dio vergüenza. El interior estaba abarrotado, la gente se abrazaba como si no pasara nada", añade un hombre. Es el mismo pub en el que el jubilado vio a un grupo que "toreaba".
Este fin de semana del 15 y 16 de agosto, los bares y restaurantes han echado sus persianas en bloque después de que los contagios hayan rebasado el medio centenar de casos. En la peña cultural, la junta directiva explica en un cartel que ha decidido "cerrar por precaución hasta que esté controlado el brote de coronavirus". Igual que el Círculo de Labradores. Igual que el bar La Tasca. Imposible tomarse un café o una caña en el municipio. También la sede del Partido Comunista, a unos metros de la farmacia, está cerrada a cal y canto.
Pequeños grupos de jubilados pasean arriba y abajo por la calle Ancha y dan la vuelta a la plaza de Andalucía, poco más se puede hacer. Algunos llegan hasta la ermita del Calvario, que recibe a los fieles con botes de gel hidroalcohólico y guía con flechas hasta el altar, donde se venera a Nuestro Padre Jesús Nazareno, una de las devociones más intensas de la Campiña cordobesa. Junto a la farmacia, deben ser los dos únicos lugares que permanecen abiertos este domingo: dos maneras distintas de sanación.
A unos metros, junto al recinto ferial, otro grupo de jubilados, varios de ellos sin mascarilla, toman el fresco en el mirador. "El coronavirus también se pilla por el móvil", responde uno cuando le acercan un terminal para ver unas fotos. Hablan de cazar conejos y perdices cuando los distrae de pronto la música que sale a borbotones de un coche. El joven que lo conduce mueve la cabeza al ritmo de los Red Hot Chili Peppers. Les llama la atención que lleva mascarilla, aunque al volante, si se va solo, no sea obligatorio.
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