Inma y Victoria García "abren la puerta" a las mujeres como hermanas de la Virgen de Luna de Pozoblanco
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Conscientes de que van a hacer historia, Inma García y Victoria García se encuentran ultimando todos los detalles para vivir con emoción el día de la jura de bandera como hermanas cofrades de la Virgen de Luna, siendo las dos primeras mujeres que se incorporan a las filas de esta cofradía de origen militar al servicio de la patrona de Pozoblanco.
A una semana del gran día, el próximo 4 de febrero, con la Romería de Traída de la Virgen de Luna a Pozoblanco, Inma y Victoria ya tienen el traje completo como hermanas cofrades. Un uniforme que consta de levita, pantalón, chaleco, corbata, sombrero (ellas llevarán moño bajo), calcetines, zapatos o botas (todos ellos de color negro), camisa blanca, cordones de color rojo, cuerna y escarapela con los colores de la enseña nacional y medalla de la Virgen en la solapa. Además llevarán sable o espadín y escopeta con su dotación de cartuchos para las salvas. Ambas relatan cómo la familia les ha ido regalando las distintas partes que componen este traje tan distintivo por su carácter militar, como una muestra de la ilusión y emoción que desde las dos familias han sentido con su ingreso en las filas de la cofradía.
Cada una de ellas tiene una vinculación especial con la Virgen de Luna, lo que las ha llevado a dar el paso para ser las primeras mujeres de la cofradía, además de aportar juventud. Inma García tiene 29 años, trabaja como técnica de laboratorio en Pozoblanco y desde 2017 es costalera del paso de la Virgen de Luna en la hermandad del Resucitado que sale el Domingo de Resurrección en la Semana Santa de Pozoblanco. En su familia, su padre, Antonio García Olmo, es hermano y miembro de la junta directiva de la cofradía, por lo que la vinculación familiar está muy presente. “Fue mi padre quien me comentó que podía presentar mi solicitud de ingreso, ya que en los estatutos no se hacía ninguna mención a que los hermanos solo pudieran ser hombres, por lo que me animó a dar el paso”, relata Inma.
Por su parte, Victoria García, de 21 años, estudiante del grado de Educación Infantil, cuenta que desde que hizo el camino andando junto a su hermano en 2018, cuando él juró bandera como cofrade, tuvo claro que quería vivir de esa manera y tan intensamente la devoción a la patrona. Aunque Victoria ya vivía todo el ceremonial a través de su padre, Rafael García Herruzo, secretario de la cofradía, que también animó a su hija para cumplir su sueño.
Ninguna de las dos ha tenido ningún reparo ni contratiempo a la hora de presentar su solicitud de ingreso. Tan solo la necesidad de contar con la licencia de armas, ya que durante el servicio a la patrona portan escopeta, que aunque sea con balas de fogueo para las salvas a la Virgen, necesita del correspondiente permiso. Victoria necesitó dos meses para obtenerlo, porque una vez superado el examen teórico, tuvo que esperar un mes porque el mal tiempo impedía usar el campo de tiro de Los Villares para hacer la práctica. Sin embargo, Inma, que ya contaba con la licencia porque es amante de la caza, pudo renovarla en un único intento, aunque por cuestiones de agenda y trabajo tardó más en tenerla (de ahí que el anuncio de su ingreso haya sido el más tardío).
Tanto Inma como Victoria son conscientes del paso tan importante que están dando, “porque estamos abriendo la puerta a que más mujeres quieran formar parte de la cofradía, y que seamos nosotras las primeras, pues es una responsabilidad y también un orgullo”. Pero si algo tienen claro es que “este servicio a la patrona es de por vida”. Victoria incide en que no es un capricho ni algo pasajero, sino "para servir a la Virgen de Luna hasta que el cuerpo aguante, y con mi juventud, espero que sea por muchos años”. También se refiere a la necesidad de que los jóvenes vayan tomando el relevo a los hermanos que se van jubilando, porque “se necesitan nuevas generaciones para que esta tradición y todo el ritual no se pierdan jamás”.
Desde que se anunciara el ingreso de ambas como hermanas cofrades, todos los comentarios han girado en torno a las felicitaciones por tomar una decisión de este calibre. Todos han recibido con alegría la noticia, aunque entienden que aún puede haber gente que no lo entienda o consideren que rompen con la norma “no escrita” de que solo sean hermanos los hombres, pero ellas se sienten fuertes y arropadas desde la cofradía y desde sus familias para vivir este momento con intensidad.
El pregón arranca los actos de la Romería de Traída
Los actos en torno a la Romería de Traída de la Virgen de Luna comienzan el próximo viernes 2 de febrero con el pregón, a cargo de Raquel Castro, y el sábado con la salida del carro de la comida, un acto al que les gustaría asistir. El domingo marcará un punto de inflexión en las vidas de Inma y Victoria, el día que vivirán con emoción, ilusión y muchos nervios el inicio de su servicio a la patrona.
Victoria recuerda que su hermano también juró bandera un 4 de febrero, y reconoce que en su casa el domingo se vivirá con mucha intensidad, cuando su padre, su hermano y ella misma comiencen a vestirse y prepararse para la romería. En el domicilio de Inma, ella y su padre se prepararán juntos, y será ahí cuando ella se cuelgue la cuerna de su bisabuelo, que también fue hermano, “que será prestada hasta que mi padre me haga una él mismo, porque le hace mucha ilusión buscar un cuerno que le guste y prepararlo para mí”.
Al hablar de sus respectivos padres, tanto Inma como Victoria creen que para ellos será un gran día también, “porque deben pensar que han hecho bien su trabajo como hermanos cofrades, transmitiendo a sus hijas la fe y devoción por la Virgen de Luna, para que ahora hagamos el camino con ellos al lado de la patrona”, comenta Victoria.
El ritual en torno a la traída de la Virgen de Luna a Pozoblanco se inicia con la llamada a los hermanos en la madrugada del domingo, para después reunirse en la mañana en la Casa de Hermandad, donde el Sargento pasará lista y nombrará los servicios de los cofrades para ese día. Acto seguido, la cofradía en formación irá a la casa del Alférez a recoger la bandera y, desde allí, a la casa del Capitán. Una vez formada la cofradía con la bandera, se dirigirán a Santa Catalina para pedir permiso a las autoridades eclesiásticas y tomar camino al Santuario de la Jara.
Resonará desde bien temprano el tambor anunciando la salida, un sonido que acompañará a Inma y a Victoria en este primer camino hacia el santuario. Será allí, durante la eucaristía concelebrada y tras la procesión, cuando juren bandera como nuevas cofrades. Acompañadas por sus padrinos y por los cofrades familiares, será el Capitán, Juan García, el encargado de la imposición de los cordones y la escarapelas, convirtiéndolas así en cofrades de pleno derecho. Lo harán en compañía de Pedro García, el joven que también jura bandera este año junto a ellas. El padrino de Inma García será su propio padre, mientras que Victoria García ha elegido a su hermano para este momento tan especial.
Preguntadas por el momento que creen que les emocionará más, tanto Inma como Victoria reconocen que será el momento de la jura de bandera, cuando se encuentren frente a frente con la Virgen de Luna. Sin embargo, reconocen que puede que vivir este ritual como cofrades, desde el interior de la cofradía, les depare también nuevos momentos emotivos.
En ese recuento de recuerdos especiales o momentos que no se pierden, Inma reconoce que es la salida de la Virgen de Luna del santuario cuando inicia el camino a Pozoblanco y los porteadores la alzan para que el pueblo la vea, y también la entrada de la Virgen de Luna en la Parroquia de Santa Catalina. Mientras que para Victoria, el hacer el camino al lado de su padre y su hermano escoltando a la patrona es una de esas vivencias a las que no quiere renunciar. Las dos coinciden también en “lo bonito del día de la patrona, cuando recorre en procesión las calles de Pozoblanco” como un día especial desde su infancia.
Sea como sea, ambas cofrades reconocen los nervios por vivir este día tan especial. Estarán pendientes de todo el ritual, formando fila con el resto de hermanos cofrades, y concentradas para hacerlo todo a la perfección, sin olvidar vivir con intensidad este momento único e histórico a la vez, en el que se convertirán en las primeras mujeres hermanas cofrades de la Virgen de Luna, rompiendo así con la tradición “no escrita” de que solo los hombres deben proteger y servir a la patrona. Iniciarán juntas este camino de ida, y sin vuelta, de la incorporación de la mujer en la Cofradía de la Nuestra Señora de Luna de Pozoblanco.
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