Jauja reclama con movilizaciones agua para el olivar y los agricultores prevén "huelgas de hambre"

Varios hectómetros cúbicos de agua, procedentes de la lluvia, desfilan por el entorno geográfico de Jauja, y afluyen, sin beneficio alguno, al mar. Los agricultores de esta pedanía lucentina, unos 240 entre una población de 1.000 vecinos, contemplan cada invierno con “impotencia” esta secuencia porque, al mismo tiempo, un déficit hídrico insoportable ya mengua las cosechas en más de un tercio de ellos. La comunidad de regantes Paño Cabezas empezará este viernes, en la sede de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Sevilla, un calendario de movilizaciones que incluso tantea “huelgas de hambre”.

Los inasumibles costes y el exiguo rendimiento han forzado a numerosos pequeños propietarios a renunciar a labrar sus tierras y los jóvenes de esta aldea, ante un futuro tenebroso, han decidido explorar otras latitudes.

Es la amarga panorámica de este núcleo enclavado entre las provincias de Córdoba y Sevilla, relatada por una comunidad de regantes, que engloba unas 840 hectáreas de olivar y que reclama a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que permita la obtención y el aprovechamiento, anual, de 0,8 hectómetros cúbicos de aguas invernales y no reguladas.

Desde hace tres años y medio, el organismo gubernamental rechaza, de forma pertinaz, el proyecto redactado por un equipo técnico y encargado por el colectivo Paño Cabezas. Los comuneros jaujeños han comprometido una inversión de más de siete millones de euros en la construcción una balsa para almacenar y destinar al riego recursos hídricos generados por las precipitaciones entre el 15 de septiembre y el 15 de abril. Los estudios recabados, insiste este colectivo, corroboran que, en modo alguno, la ejecución de la infraestructura y la captación de agua perjudicarán a la biodiversidad y a la cuenca del Guadalquivir.

La modificación del criterio de la CHG y del Ministerio para la Transición Ecológica resulta crucial para impedir en Jauja “el abandono de las tierras y el despoblamiento progresivo”, ha expuesto Eduardo Gómez, presidente de la comunidad de regantes.

"Ya no podemos más"

Demandan estas más de 200 familias, es decir, la inmensa mayoría de los habitantes de Jauja, que la Confederación “revise y estudie” sus conclusiones y, en definitiva, la actualización del Plan Hidrológico Nacional. La última maniobra de los integrantes de Paño Cabezas comporta la interposición de un recurso de reposición.

La “grave situación”, porque “ya no podemos seguir más y no podemos labrar”, ha recalcado Eduardo Gómez, requiere de acciones urgentes y este viernes, con el apoyo de los cinco grupos municipales del Ayuntamiento de Lucena, organizaciones agrarias y sindicatos, se manifestarán en la sede de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, ubicada en Sevilla. Este pasado viernes, las formaciones políticas locales expresaron a los agricultores de Jauja su apoyo unánime en una reunión celebrada en la aldea.

En adelante, la comunidad de regantes, si no tercia una solución satisfactoria, plantea cortes de tráfico en la carretera Lucena-Puente Genil e incluso “huelgas de hambre”.

El “futuro” de Jauja depende, exclusivamente, de la autorización que ha de otorgar la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, puesto que la escasez de agua arrebata el único medio de vida para la práctica totalidad de los residentes en este sector del término municipal de Lucena.

Ante los embates del “cambio climático”, razona Eduardo Gómez, “no hay derecho a que no se aproveche todo el agua” y avisa de “unos problemas muy graves y una situación muy mala”. Finalmente, advierte de que “vamos a por todas no vamos a parar” después del inicio de las acciones públicas de protesta que tendrá lugar en la capital andaluza.