Magtel tramita una central hidroeléctrica reversible de 408 MW en Espiel
Energía
La central se instalaría en el lago minero Corta Ballesta, con una inversión de 403 millones
Permitirá almacenar energía, dotando al sistema eléctrico de capacidad de regulación ante la expansión de las renovables
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La descarbonización del sistema eléctrico y el progresivo avance de las energías renovables tienen un reto por delante: la gestionabilidad del sistema eléctrico ante la integración de fuentes de energía no controlables, como sol y viento. Para aprovechar al máximo el potencial de generación eléctrica verde y garantizar el suministro en aquellos momentos en los que caiga esa producción son imprescindibles los sistemas de almacenamiento de energía. Y entre las tecnologías existentes destacan como la más madura las centrales hidroeléctricas reversibles, que permiten almacenar esa energía excedentaria que de otra forma se perdería para emplearla en el momento en que sea necesaria. Una de ellas podría instalarse en Espiel, en el lago minero de Corta Ballesta, si prospera el proyecto que está tramitando el grupo Magtel.
¿Cómo funciona una central reversible? El agua se bombea en las horas valle, de menor consumo o excedentes de energía desde el depósito inferior al superior, donde se almacena el tiempo que se desee, para después descargar y turbinar el volumen almacenado en las horas punta o en aquellas en las que la generación renovable no cubre la demanda. El proceso presenta un grado de eficiencia del 80%, una mejor relación coste-efectividad que el resto de tecnologías existentes.
En el caso de Espiel, el plan de Magtel prevé una inversión de 403 millones de euros (más IVA) para ejecutar una instalación de 408 MW con una capacidad de almacenamiento de entre 932-1.509 GWh/año. Esta aprovechará ese lago y supondrá la construcción de una balsa y una conducción a una mayor altura, así como una línea de conexión con la subestación Lancha. El agua del lago procede del arroyo Los Puerros, que vierte de forma natural en él para seguir hasta el embalse de Puente Nuevo tras el proceso de restauración ambiental realizado con el cierre de la mina.
Esta instalación forma parte de un proyecto de almacenamiento de energía a gran escala que la compañía está desarrollando en distintos puntos del territorio nacional. Como explica el director de Hidráulica y Medioambiente, Arturo Buenaventura, "comenzamos a plantear nuestra propuesta en 2020, conscientes del problema para integrar la gran cantidad de renovables planificadas". Magtel buscó embalses que se pudieran aprovechar, evitando zonas de valor ambiental, y seleccionó una docena de enclaves.
La gestionabilidad del sistema eléctrico con la integración de las renovables es uno de los retos ya recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, la guía para alcanzar el objetivo europeo y español de descarbonización. Este Plan prevé para 2030 una potencia eléctrica total instalada de 161 GW, de los cuales 45 GW deberán tener un origen renovable. El PNIEC plantea que a 2030 haya hasta 20 GW de capacidad de almacenamiento, de los que 9,5 MW se requiere que sean de bombeo reversible, lo que supone incrementar en 6 GW la potencia actual instalada de esta tecnología.
En ese marco se han ido planteando propuestas en Galicia, Asturias, León, Madrid, Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía. Los más avanzados son los de As Pontes, que ya cuenta con la concesión por parte de Aguas de Galicia, y Asturias, que tiene el punto de acceso y conexión. El resto están en distintos puntos de elaboración con el objetivo de contar con una capacidad de almacenamiento total de 50 GW/h.
En el caso de la central de Espiel, la filial Puente Nuevo Storage está iniciando en estos momentos la tramitación del estudio de impacto ambiental, con el objetivo de presentarlo en el primer trimestre de 2025. Tiene que conseguir aún la autorización de uso de las aguas por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y también hacerse con la capacidad de evacuación necesaria en la subestación Lancha en el concurso que lanzará el Gobierno para adjudicar la capacidad que queda libre tras el cierre de la central térmica de Puente Nuevo.
La central se enmarca en el proceso abierto por el Instituto para la Transición Justa del Ministerio para la Transición Ecológica, con el que se pretende impulsar la puesta en marcha de proyectos de energías renovables en las zonas afectadas por el cierre de centrales de carbón. Por ello, la adjudicación de la capacidad de evacuación prestará especial atención a los beneficios que estos generen para la zona.
El proyecto de Corta Ballesta prevé generar así 400 empleos directos y 1.000 indirectos contribuyendo. El número de operarios durante la vida útil de la central (75 años) para su mantenimiento/ funcionamiento sería de 20. Pero el beneficio para el entorno se multiplicaría, resalta Buenaventura, ya que “el proyecto va a permitir la integración de mucha energía fotovoltaica contribuyendo así a mejorar el déficit energético en la zona”.
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