Miles de lucentinos acompañan a su Patrona en su retorno al Santuario
La Romería de Subida, que contó con una comitiva formada por una veintena de carrozas, sirve de colofón para el Año Jubilar Aracelitano La Virgen llegó a su templo a las 15:00
Lucena madrugó ayer para despedir a su Patrona, María Santísima de Araceli, que, tras casi un mes y medio de estancia en la localidad, partió de nuevo hacia la que es su casa, el Real Santuario de Aras. El reloj marcaba las 07:30 cuando las naves de la Parroquia de San Mateo ya se encontraban abarrotadas de fieles y romeros dispuestos a participar en la misa de despedida, que presidió el vicario parroquial de este templo lucentino, Miguel Morilla. Al final de la misa realizó un emotivo resumen de lo que ha significado la estancia de la Virgen para sus devotos, que concluyó con una salva de vivas a la Señora que despertaron los primeros sentimientos de la jornada.
Una hora más tarde, y con una Plaza Nueva llena de fieles, el templete de plata con la imagen de la Patrona del Campo Andaluz salió por la puerta parroquial a los sones del himno nacional, interpretado por la sociedad didáctico-musical Banda de Música de Lucena, que acompañó al cortejo hasta su llegada a la Puerta de la Mina.
Bajo la madera se encontraban los santeros de la Asociación Deportiva Estudiantes, que ha sido el colectivo elegido por la Real Archicofradía para devolver a la Santísima Virgen a su casa este año, que fueron comandados por el manijero Gonzalo Moreno Cruz. Para la ocasión, la imagen lució un sencillo terno de tisú blanco con brocados en hilos de oro y sedas de colores, incluyendo dentro del atavío la incorporación de un fajín rojo ceñido a la cintura, un elemento poco común en los últimos tiempos dentro de la estética aracelitana, pero que gustó a romeros y devotos.
Poco a poco y abriéndose paso entre el gentío, el parigolón plateado pudo ir avanzando hasta la Plaza del Coso para, a través de la calle Antonio Eulate, dirigirse hacia los Jardines del Maestro Villa, donde cada mes de abril el mismo pueblo que ahora le dice adiós ofrece la más cariñosa de las bienvenidas a la "Virgen Bendita que todo el año nos guarda y por mayo nos visita", tal y como reza el himno aracelitano.
Los volantes de los trajes de flamenca y los cantes de la tierra imprimieron el correspondiente aire de romería a esta cita anual donde un cortejo de 24 carrozas, engalanadas con flores de papel en los más diversos tonos y formatos, también quisieron acompañar a la Patrona durante su recorrido hasta la Sierra de Aras. Peñas, colectivos y reuniones de amigos se coordinaron semanas antes para organizar la logística que una carroza acarrea, ya no solo en lo ornamental sino también en lo que concierne a las viandas que, sin duda, hicieron el camino más llevadero a todos los peregrinos.
El día se despertó nublado y así continuó durante casi toda la jornada, lo que ofreció una estampa poco usual, puesto que por las fechas en que suele celebrarse esta romería el calor se convierte en el protagonista. Pero, este año, el frío de la mañana se tornó en una temperatura agradable hicieron más llevadero a los romeros el camino hasta el Santuario.
En torno a las 15:00 la Virgen de Araceli, acompañada de miles de romeros y devotos, ya se encontraba en los aledaños de su casa, la que la cobijará hasta la próxima primavera cuando vuelva a visitar a su pueblo. Los lucentinos a partir de hoy ya comienza a arrancar las hojas del calendario con el deseo de que el tiempo pase lo más rápido posible para disfrutar de nuevo de su fiesta grande, las Fiestas Aracelitanas, y la reconfortante presencia de su Patrona en la localidad.
No hay comentarios