Una olivarera de Montoro, en burro en Madrid para protestar por la situación del olivar de sierra
El campo
"Detrás de lo barato hay otras muchas cosas, como la explotación laboral", denuncia junto a un grupo de agricultores tradicionales ante el Congreso de los Diputados
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Seis burros de los que se emplean para recoger aceituna en los olivares tradicionales de montaña han subido este miércoles la cuesta hacia el Congreso de los Diputados en Madrid, al frente de una marcha de cientos de personas que han pedido soluciones a la crisis del campo. En uno de los animales ha hecho el recorrido Ángela Moro, propietaria de una explotación de olivar con gran pendiente de Montoro, quien ha expresado su deseo de que las autoridades "les escuchen" y prohíban la entrada de importaciones agrícolas que no cumplen con las normas de producción más estrictas de la Unión Europea.
"Detrás de lo barato hay otras muchas cosas, como la explotación laboral", ha señalado la agricultura a lomos de su burro, que junto a otros cinco animales ha llegado a la capital en camión. Desde las puertas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, animales y personas han caminado por el centro de Madrid hasta llegar al Congreso de los Diputados, donde una representación de varias asociaciones ha entregado sus peticiones mientras fuera les esperaban unos 500 manifestantes, según han detallado los convocantes.
El presidente de la Asociación del Olivar Tradicional Español (Asolite), Antonio Sánchez, ha denunciado que muchos productores están abandonando sus explotaciones por falta de rentabilidad, mientras tienen que afrontar más burocracia y la competencia "desleal" de terceros países.
El lema de El campo no se vende, el campo se defiende se ha escuchado en el recorrido por el paseo de la Castellana, ante la atenta mirada de un grupo de escolares a la entrada del museo Thyssen-Bornemisza que junto a muchos adultos hacían fotografías con sus móviles de tan inusual estampa.
Los productores artesanales, que no emplean maquinaria en su modo de producción, han acudido a la capital desde regiones como Andalucía, Extremadura -incluido del Valle del Jerte- y la Comunidad Valenciana para unir sus reivindicaciones en una manifestación que ha sido autorizada por la Delegación del Gobierno. Hasta una integrante de la llamada Plataforma por el precio justo y auténtico de plátano de Canarias, Flori Rodríguez, ha viajado desde la isla de La Palma para reclamar que se atienda su situación "tras dos años de ruina".
"Nos están quitando el mercado, nos excluyeron de la ley de la cadena y no nos pagan lo que vale el producto", ha afirmado. Demandas comunes Aunque el grueso de la marcha ha tenido que quedarse a unos metros de la fachada principal del Congreso, el presidente de la Asociación Agrícola y Cultural OleoFrigiliana de la Axarquía malagueña, Antonio Sánchez, ha leído la lista de demandas que han podido entregar en la Cámara baja.
Entre ellas, la necesidad de impulsar medidas que fortalezcan el sector primario tradicional español y sirvan de apoyo "eficaz y concreto" para la agricultura, la ganadería, la pesca y la apicultura tradicionales. Ha protestado contra la "deriva de las políticas agrarias y ganaderas", la falta de reciprocidad en las relaciones comerciales, la "excesiva" carga burocrática y la ausencia de ayudas y beneficios fiscales, al tiempo que ha criticado la caída de la producción nacional y la creciente dependencia agroalimentaria del exterior.
Los manifestantes han reclamado más apoyo de la Política Agraria Común (PAC) a los cultivos tradicionales y su flexibilización en el cumplimiento de los ecoesquemas, en función de la tipología y la orografía del terreno. Además, han apelado a un consumo más responsable y han exigido la modificación de la ley de la cadena alimentaria para una redistribución más justa de los beneficios entre los distintos eslabones.
A su juicio, el abandono de las explotaciones es una muestra de la falta de relevo generacional, el desempleo y la pérdida del riqueza que afectan a las zonas rurales. Así, con sus burros y sus chalecos amarillos, los productores tradicionales han salido en defensa del sector primario y se han unido a un movimiento que lleva ya un mes en las calles y las carreteras de toda España para denunciar su situación y tratar de forzar cambios en las políticas agrarias.
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