Muere el compositor cordobés Lorenzo Palomo a los 86 años
Obituario
Sus obras han sido interpretadas por algunas de las formaciones musicales más prestigiosas del mundo
En 2008 estrenó en Berlín una de sus obras más reconocidas, la afamada ópera Dulcinea
El mundo de la música llora la pérdida a los 86 años de Lorenzo Martínez Palomo (Pozoblanco, 1938), uno de los compositores españoles contemporáneos de más proyección internacional. “Con gran tristeza tengo que informaros que hoy falleció Lorenzo Palomo, mi querido compañero de vida durante más de 30 años, después de una larga y grave enfermedad”, ha comunicado este sábado a través de su cuenta de Facebook su pareja, Brigitte Hoecht.
El Ayuntamiento de Pozoblanco ha expresado su “más profundo pesar” por la muerte en Madrid del genial creador, “sin duda uno de los mejores músicos nacidos en España, una figura internacional que llevó el nombre de Pozoblanco por Europa y el mundo”.
Lorenzo Martínez Palomo nació en Pozoblanco en 1939, aunque a la edad de cuatro años se traslada a Córdoba. Allí tiene contacto con su tío Lucas Tirado, director de la banda de Música de Pozoblanco, que facilitaría el contacto de Martínez Palomo con la música.
Pronto, Tirado ve cualidades en su sobrino y le lleva a tomar clases con una profesora del Conservatorio de Música de Córdoba, Carmen Muela. A los diez años, empieza a tomar clases y a los 15 ya compone y crea un coro. En aquella época y por mediación de Joaquín Reyes Cabrera, director del Conservatorio, empieza a conocer a Joaquín Zamacois, al que escribe y con el que acabará dando clases en Barcelona.
Su gran talento le lleva a un ascenso fulgurante desde la juventud. A los 20 años emprende su viaje hacia la ciudad Condal, donde estudió composición con Joaquín Zamacois y piano con Sofía Puche de Mendelewicz. En esta época, coincide con su paisano Marcos Redondo, al que acompaña al piano. Al finalizar sus estudios recibe una beca de la Fundación Juan March para estudiar dirección de orquesta con Boris Goldovsky y se marcha a Nueva York. Desde ese momento comienza su andadura musical.
Su primer puesto importante de responsabilidad lo asumió en 1973, cuando fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica de Valencia, a la vez que ejercía de principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Manila. Fue condecorado con la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica por su trayectoria de excelencia.
Con la capital germana, mantuvo una larga relación de compromiso. Allí residió 38 años y fue miembro estable de la Deutsche Oper Berlin.
Sin embargo, sus composiciones estaban cargadas de sus orígenes. Entre sus trabajos se encuentran Nocturnos de Andalucía, que Rafael Frühbeck de Burgos dirigió en numerosas ocasiones y que llegó a grabar la London Symphony, así como Canciones españolas, Cantos del alma, Sinfonía a Granada, Mi jardín solitario, Madrigal y Cinco canciones sefardíes, Concierto de Cienfuegos o la ópera Dulcinea, quizás su obra más popular.
“No sé escribir una nota que no sea española y de mis cerca de 30 obras todas están en esa línea”, comentó a Efe en 2016 ante el estreno en la Escuela de Canto de Madrid de Aldonza y Alonso, que escribió como prólogo a Dulcinea inspirada en los amores de juventud de Don Quijote/Alonso Quijano con Dulcinea/Aldonza Lorenzo. Entonces manifestó uno de sus últimos deseos profesionales, que ambas piezas, “que no pueden ser más españolas”, fuesen interpretadas por la Orquesta Nacional de España.
Su música ha sido interpretada en las salas de conciertos más prestigiosas del mundo, entre ellas Carnegie Hall (Nueva York), Symphony Hall (Boston), Verizon Hall (Kimmel Center, Filadelfia), Covent Garden (Londres), Suntory Hall (Tokio), Auditorium Tschaikowsky (Moscú), Philharmonie (Berlín), Konzerthaus (Berlín), Victoria Hall (Ginebra), Auditorio Nacional (Madrid), L’Auditori (Barcelona), Palau de la Música (Valencia), Teatro de la Maestranza (Sevilla), Palacio Euskalduna (Bilbao), Auditorio Manuel de Falla (Granada) y muchas otras.
Así mismo sus composiciones han sido interpretadas por muchas de las orquestas más importantes, entre ellas las Orquestas Sinfónicas de Boston, Filadelfia, Pittsburgh, Cincinnati, Sinfónica de Londres, Sinfónica de la Radio de Berlín, Ópera de Berlín, Filarmónica de Dresde, Sinfónica y Filarmónica de Hamburgo, Yomiuri Nippon de Tokio o la Suisse Romande de Ginebra.
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