Juegos tradicionales que traspasan fronteras en Añora
Los Pedroches
Un total de 48 equipos se enfrentan este fin de semana para lograr el gran adoquín olímpico
El porteo de cántaros cierra este domingo las agotadoras competiciones
Hace ya 12 años en Añora comenzaron con la “loca” idea de celebrar las primeras Olimpiadas Rurales del mundo, una competición de juegos tradicionales que una década después ya traspasa fronteras y en México preparan “algo parecido”.
El alcalde de esta localidad de Los Pedroches, Bartolomé Madrid (PP), destaca de este evento su relevancia internacional y sus valores de convivencia, respeto, compañerismo y el mantenimiento de una cultura tradicional que hunde sus raíces en la vida de calle. “Es una oportunidad de oro para disfrutar un fin de semana enriqueciendo cuerpo y alma”, asegura el regidor.
Unas Olimpiadas en las que se compite y en la que, sin duda, el alrededor de millar de participantes se lo pasan en grande, pero siempre con ese espíritu de pique sano por demostrar quién es el mejor en alguna de las curiosas disciplinas que se practican. Durante todo el fin de semana se suceden pruebas como a piola, cucaña y garrote, seguidas de los mizos y los tiraores, el lanzamiento de adoquín, la carrera de sacos, los zancos, la carrera de cintas, la soga, la sillita de la reina, el baile de la jota, el pingané, la comba y el porteo de cántaros, a las que ya se les busca su variante mexicana.
Como buenas Olimpiadas, requieren de su propio estadio. Hay una “zona cero” entre la plaza de toros y el campo de fútbol local, donde se practican algunas competiciones, aunque “la mayoría se celebran en las calles y parques del pueblo”. Así lo explica Sabino Luna, uno de aquellos primeros “locos” que ideó esta competición raíz de la elaboración de un libro sobre normas de juegos tradicionales que todavía sobrevivían en la comarca de Los Pedroches entre videoconsolas y nuevas tecnologías y que “se podía poner en práctica” sin mucha inversión.
En la primera “caótica” edición, se necesitaban 12 equipos y solo pudo reunir a nueve, uno de ellos a base de niños que jugaban en la calle y a los que convenció y a compañeros suyos del club de ciclismo de Pozoblanco, pero “la acogida del público fue tan buena que se optó por continuar”. A partir de ahí, la competición fue saltando fronteras y llegaron equipos de la toda la provincia cordobesa hasta que, tres años más tarde, se alcanzaron 24 equipos, con participantes procedentes de Málaga, Granada y Sevilla.
En el primer lustro de competición se reunieron los 32 equipos de toda España y un año después, con 40 escuadras en liza, llegó el salto internacional con los Highlanders gracias a un programa de intercambio con Escocia, donde, también en verano, se celebran los tradicionales Juegos de las Highland, con un espíritu bastante similar al de Añora.
En 2019 son ya 48 los equipos que compiten, “de los que hay tres o cuatro que están pensados para jugar seriamente y vienen a ganar”, y entre ellos ya es habitual la presencia de chinos, chilenos o franceses. Los equipos incluso guardan ya su plaza de un año para otro, ya que ampliar la participación es imposible, con un municipio literalmente colapsado este fin de semana desde que se encendió la llama olímpica.
Los hay que llevan en la localidad entrenando desde el pasado lunes con la idea de emular algunos de los récords que ya se han conseguido, como los 174 saltos seguidos a la comba con diez personas dando brincos a la vez, o el de la llamada señora de la Cucaña, una mujer capaz de trepar como una araña el poste a una velocidad envidiable y que no hay quien le sobrepase.
En busca del gran adoquín olímpico
Y todo ello para lograr el gran adoquín olímpico, una pieza de piedra de 25 kilos que se entregará hoy domingo al campeón. Sabino Luna, también técnico municipal, explica que la clave es tener buenos especialistas para las pruebas individuales y un equipo equilibrado para competir en grupo en juegos como las carreras de sacos, a piola, carretilla, la soga o la comba.
La jornada de este sábado comenzó con la prueba de los mizos, una especie de bolos rurales que consisten en tirar una pelota de madera de encina y derribar tarugos de unos 40 centímetros. Tras ella siguió la de los tiraores, como se conoce a los tirachinas en Los Pedroches, y para terminar la mañana, el lanzamiento de adoquín y la carrera de sacos, esta última quizá la prueba reina del tramo de competición sabatino. Más de 1.500 personas se reunieron en la calle Pedroche, donde las aceras estaban llenas de gentío a las 13:00, la hora en las que más apretaba el sol, si bien la organización destaca que este año está siendo más benigno en cuanto a temperaturas se refiere.
A partir de las 17:00 comenzó la carrera de zancos en el parque periurbano y a continuación la carrera de cintas en la plaza de la iglesia. A las 20:00, por último, tiene la soga para continuar la que para muchos es la prueba más espectacular de las Olimpiadas Rurales: la sillita de reina, en la que se unen destreza, fuerza, habilidad, humor y capacidad de resistencia. La competición finaliza este domingo con la comba, el pingané y el porteo de cántaros. Sobre las 14:00 se sabrá qué equipo ostentará el cetro de piedra de las Olimpiadas Rurales más populares de España.
Temas relacionados
No hay comentarios