El antes y el después del Parador de Montilla: finalizan las obras de recuperación del edificio
Campiña Sur
El inmueble quedará cerrado a la espera de una segunda fase para habilitarlo para visitas turísticas
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El histórico edificio del Parador de Montilla vuelve a lucir rejuvenecido. La corporación municipal ha visitado este miércoles el resultado de las obras de consolidación, ya terminadas y entregadas por la empresa especializada en restauración de patrimonio Hermanos Campano. Los trabajos han consistido en la consolidación estructural del edificio para mantener cubiertas, estructura y forjados, debido al avanzado estado de deterioro que presentaban; el inmueble quede ahora a la espera de una segunda fase, que consistirá en dotarlo de los acabados necesarios según el uso que finalmente se acuerde y que estará vinculado al vino.
El alcalde de Montilla, Rafael Llamas (PSOE), ha destacado la importancia de este proyecto, pues “recupera parte de la historia de Montilla” y con el que se “pretende consolidar a la ciudad como referente turístico en la provincia”. El objetivo es que “Montilla sea puerta de entrada a la Campiña, vinculada como está a la Denominación de Origen Montilla-Moriles”.
Según el arquitecto municipal, Rafael Cobos, las obras se han finalizado en los plazos estipulados, aunque se ampliaron los iniciales ya que en la fachada aparecieron una serie de elementos que se han querido mantener. Para esta primera fase se ha empleado un presupuesto de 706.000 euros, con fondos provenientes del propio Ayuntamiento.
Para la siguiente fase, según ha explicado el alcalde, se presentó un proyecto a los Planes de Sostenibilidad Turística de los fondos europeos Next Generation por un importe de tres millones de euros, que “volverá a presentarse mejorado porque aunque ha tenido el visto bueno de la Junta de Andalucía y del Gobierno central su aprobación se ha quedado a las puertas”.
De momento, según ha explicado el arquitecto municipal, El Parador quedará cerrado para que el edificio no se deteriore y será la Corporación la que disponga el uso y el posterior proyecto.
El inmueble cuenta con una casa principal, un patio central, una lagareta, una cuadra y tres bodegas de tinajas. “En el interior se han mantenido una serie de tinajas por si finalmente se quiere recrear el uso original del edificio”, ha señalado Cobos, ya que aunque aún queda pendiente “un trabajo y un debate más profundo para el proyecto museológico que se va a desarrollar, y que se llevará a cabo entre el Ayuntamiento y la población montillana”, su uso estará vinculado a la cultura del vino.
La construcción forma parte aún de la Lista Roja del Patrimonio, de donde el Ayuntamiento confía en rescatarlo con este proyecto, que comenzó en 2009 con la corporación de la socialista Rosa Lucía Polonio y que ha contado con un gran consenso ciudadano.
Esta primera fase ha consistido en desmontar todas las piezas que tenían peligro de caída; reponer forjados, consolidar muros, cerrar huecos y dejar los paramentos terminados. La superficie del Parador es de 1.082 metros cuadrados, a los que se suma una parcela de 1.700 metros más, espacios que se destinarán a usos complementarios al edificio.
El Parador de Montilla fue construido a mediados del siglo XIX por Francisco Solano Rioboó y Mena. En el año 1877, la vivienda ya se conocía como Parador de la Concepción, siendo un punto crucial de los caminos de aquella época en Andalucía. De hecho, su nombre inicial, y conservado hasta el momento, viene de su uso primigenio, al ser precisamente un parador de diligencias de viaje entre Sevilla, Córdoba y Málaga. En el año de su construcción, el inmueble constaba de cuadra, pajar, lagar para pisar uva, bodega con tinajas y casa de postas.
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