Los Pedroches y el Guadiato se unen por el agua

Zona Norte

Nace una plataforma ciudadana que defiende que urge crear una mesa con los sectores afectados por el problema del abastecimiento a estas comarcas, analizando la situación y buscando a mayor brevedad salidas convenientes

Qué se puede hacer y qué no con el agua de La Colada tras ser declarada no apta para consumo humano

Asamblea celebrada ayer en Pozoblanco.
Asamblea celebrada ayer en Pozoblanco. / El Día

"A menudo decimos que la zona norte de Córdoba es la gran olvidada. La zona norte de Córdoba no es la gran olvidada, es la gran ignorada, la que nunca existió". Así se pronuncia Miguel Aparicio, portavoz de una plataforma que acaba de nacer para visualizar y que se le dé una solución "cuanto antes" a un problema que vienen sufriendo las comarcas de Los Pedroches y el Guadiato: "Son ya más de tres meses en los que 80.000 personas no tienen agua potable en las casas y la que nos llega está envenenada". Esa plataforma se denomina Unidos por el agua.

Aparicio apunta que las cuestiones sociales que han afectado históricamente a la zona Norte son demasiado importantes "como para dejarlas en manos de políticos que actúan a demanda. Será por eso que, en la zona norte de Córdoba son frecuentes las plataformas ciudadanas para reclamar sus derechos: las creadas contra la ubicación en Los Pedroches de un cementerio nuclear, para demandar los hospitales de Pozoblanco y Peñarroya o la parada del AVE en Los Pedroches".

La plataforma, que ha organizado una concentración en Pozoblanco a la que han acudido unas 1.500 personas, nace entre otros objetivos, para aportar soluciones a la Administración. "Después de consultar con distintas universidades, departamentos y empresas especializadas en tratamiento de aguas residuales-contaminadas, nos aseguran que hoy por hoy cualquier agua es susceptible de ser potabilizada. Por ello, para nosotros la mejor opción sería depurar el agua del embalse de La Colada, que en este momento se encuentra completamente lleno y que por su ubicación entre suaves laderas, recupera rápidamente su caja de agua", sentencia Aparicio.

Una de las pancartas de la concentración.
Una de las pancartas de la concentración. / El Día

"Claro, esto tiene una segunda parte, quien debe llevar a cabo la construcción de la planta potabilizadora sería el servicio de aguas de la Diputación, que no pasa económicamente por su mejor momento ni por su mejor gestión; de poderse llevar a cabo económicamente, este costoso proyecto sería sin duda la mejor opción. Y su obra sólo supondría algunos meses, solucionando por fin el problema de esta zona ignorada. De forma paralela, deben proyectarse y llevarse a cabo lo antes posible los trabajos necesarios para evitar que continúen los vertidos orgánicos al pantano", añade.

Aparicio insiste en que en Los Pedroches y el Guadiato se está una situación rocambolesca, "de foto antigua", de filas de personas de todas las edades esperando bajo el sol su turno para portear garrafas de agua rellenada una y otra vez del camión cisterna. "Repartiendo entre los más mayores, garrafas que anteriormente utilizaron otras personas, vaya usted a saber cómo o para qué fueron usadas. En esta situación totalmente tercermundista, surge la cuestión del reutilizado de las garrafas de plástico, que en su mayoría no deberían volver a utilizarse. Pero en estas situaciones de prisa, desesperación por tener nuestra garrafa, todo resulta un lujo imposible y la situación es tan extrema y desesperante que no damos valor a estos detalles", relata.

Desde la plataforma defienden que urge crear una mesa que reúna todos los sectores afectados por el problema, analizando la situación y buscando a mayor brevedad salidas convenientes para todos. E insisten en que "nuestra zona, lamentablemente, no tiene ningún interés político". Añade que "no somos votos como para arrinconar a un gobierno ni para que se interesen por nosotros". e incide en que "estamos cansados de las mentiras de políticos de todos los partidos, cuando repiten constantemente lo que les importa el mundo rural, juegan con nosotros, nos utilizan y demuestran públicamente, como ahora, que no les importamos nada, mientras se hacen las víctimas, culpándose unos a otros".

Aparicio insiste en que algún día "alguien recogerá lo increíble de nuestra historia reciente. En pleno siglo XXI, en el año 2023, la zona norte de Córdoba se ha ido envenenando poco a poco sin que nadie haga nada". Recuerda que se secó el pantano de Sierra Boyera (39 hectómetros cúbicos) que abastecía de agua potable a la zona norte "y, ahora, gracias a un bombeo cogido con pinzas dependemos del pantano de la Colada (57 hectómetros cúbicos), donde van a parar todos nuestros desechos y los residuos orgánicos procedentes de la ganadería". Unidos por el agua defiende que "el trasvase de Puente Nuevo es el sueño de todos, pero posiblemente la peor solución. Entre trámites, elaboración de proyectos, expropiaciones, juicios, adjudicaciones y construcción, supondría muchísimos años. Sin contar su elevado coste". Además, también recuerda que se trata de un "pantano comodín" a disposición de Córdoba, Sevilla y Huelva "y puede pasar como en en la Expo92, que se quedó completamente seco".

Pancartas de la concentración.
Pancartas de la concentración. / El Día

Asimismo, plantea que, por una cuestión de física de suelos, el pantano de Sierra Boyera tardaría años en recuperarse. "Lo explico con un ejemplo, imagine una piscina con una enorme esponja seca, muy seca, de un metro de grosor que ocupa todo el fondo. Puedes echar muchísima agua a la piscina, pero sólo te podrás bañar cuando la esponja absorba suficiente agua, esté completamente empapada y, entonces, se empiece llenar. El suelo de Sierra Boyera, en este momento, es esa enorme esponja. A esto hay que sumarle que vivimos un escenario de sequía y cambio climático, por lo que serían necesarios varios años seguidos de abundantísimas lluvias para que el suelo del pantano se empapara y, posteriormente, almacenara agua. Siempre queda esa opción optimista de la deseada lluvia, aún así, sigue siendo una opción insuficiente", relata.

Asimismo, apunta que ha surgido en estos días "la loca idea planteada por la Diputación" de verter el agua procedente de la depuradora de Peñarroya "que, a no ser que estuviera depurada al 100% y no lo está, sólo conseguiría contaminar otro pantano más como ya está el de La Colada". "Quizás sea mejor que la Diputación, en vez de perder tiempo, propusiera a la Confederación del Guadalquivir que aproveche su estado para retirar el exceso de sedimento seco de la caja y pueda recoger más agua", plantea.

Tras insistir en la depuración de La Colada, Aparicio relata que a partir de ahora hay que actuar de una forma radical, en el sentido etimológico de la palabra, yendo a la raíz. "Es obligatorio pensar que todos tenemos nuestra parte de culpa. No tenemos conciencia de ahorro, utilizamos el agua como algo infinito cuando sale por nuestros grifos. Debemos dejar de inventar excusas o pretender justificar lo injustificable. La situación urge y no puede ser más evidente. Olvidarnos de la polarización en la que vivimos, evitar esa estúpida pelea entre izquierdas y derechas; trabajar unidos".

Defiende asimismo que es difícil resolver el problema del agua potable, "si seguimos malgastándola y ensuciándola" y añade que los ayuntamientos deben ser ejemplares en el ahorro de agua y recordarle a los que siguen regando los jardines cada día y llenando piscinas, "la diferencia entre disponible Y abundante. Podremos llegar a disponer de agua pero nunca será en abundancia". Además, defiende que es perentoria una adecuación de las depuradoras de todos los pueblos, "hoy obsoletas, costosas e inútiles". "Es una zona ganadera, vivimos del ganado y debemos llevar a cabo una gestión correcta en todos los sentidos, ya que nos afecta a todos por igual. Deben implantarse medidas correctoras con urgencia y dejar de verter a ríos y arroyos", destaca.

El portavoz de la plataforma incide en que hay un concepto equivocado de “economía circular” en la zona Guadiato-Pedroches. "No se puede utilizar la naturaleza y, luego, devolver aguas contaminadas o dehesas destrozadas. Intentemos que sea realmente circular. Son tierras pobres con sobrecarga de ganado y todo tiene un límite. Para algunos, aplicar un uso sostenible, por desconocimiento, les asusta pero por su eficiencia y rentabilidad, la zona norte, sólo comenzará a despegar cuando se aplique esta forma de actuar", defiende.

Asimismo, defiende que "si nuestros gobernantes y nosotros mismos hubiéramos hecho las cosas bien, no tendríamos que corregirlo todo ahora, ni gastar el pastizal que se está gastando y que se tendrá que gastar, hasta conseguir un desarrollo ambientalmente sostenible. Por favor, no podemos agotar los recursos del planeta en unos pocos años, intentemos dejar a los que vengan detrás, aunque cueste, un mundo mucho mejor que este o al menos igual", puntualiza.

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