Cuando el rock andaluz sorprendió al mismísimo Freddie Mercury
Contracultura
Unas jornadas reivindican en Montilla la contracultura de los 70 con conciertos de grupos supervivientes como Storm o Goma
¿Ha muerto el rock andaluz?
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El 13 de diciembre de 1974, Queen llega a España con su gira Sheer Heart Attack. Actúan en el Palacio Municipal de Deportes de Barcelona pero, antes que ellos, unos jóvenes andaluces que se hacen llamar The Storm -antes, Los Tormentos y posteriormente, Storm a secas- actúan como teloneros. Relatan las crónicas que tan potente fue la actuación de los sevillanos que el grupo británico quedó impresionado. Storm bajan al camerino: "Ahora qué hacemos nosotros para superar esto", les dijeron Queen.
Cuentan que el propio Freddie Mercury les felicita y su manager intenta ficharlos como teloneros para su inminente gira europea con un suculento contrato que incluye la publicación de dos disco con EMI, pero la negociación no llega a buen puerto y Storm se quedan en Andalucía, donde aún hoy en día continúan llevando su música allá donde los reclaman.
"Es un tren que pasa una vez en la vida. Pensándolo ahora, si te llega Freddie Mercury y su grupo y te dicen algo así, te vas con ellos aunque sea por una cama y un bocata", reflexiona el actual manager de Storm, Juan Antonio Vergara, responsable de la promotora 5 Lunas y una enciclopedia del rock andaluz, un género que, en la década de los 70 del pasado siglo XX, logró una fusión perfecta entre el rock que venía de fuera y la música de raíz local. Una batidora que mezclaba King Crimson y Jethro Tull con tarantos y seguiriyas. Lo nunca escuchado.
Eso que luego se llamó mestizaje o fusión, una fórmula que no se parecía a nada que se hubiera hecho antes. Y con los últimos estertores del franquismo como telón de fondo sociológico. Montilla analiza esta escena durante el fin de semana en las I Jornadas Rock y Contracultura en Andalucía, que incluyen conciertos de Storm y Goma y un encuentro con el propio Gualberto García, músico seminal de toda esta escena y de lo que ha sido el rock hecho en Andalucía desde entonces, desde Veneno a los Pony Bravo.
Pero, ¿qué es exactamente el rock andaluz? "Mucha gente lo confunde, y cuanto más tiempo pasa mayor es la equivocación. El rock andaluz es la fusión del flamenco y el rock progresivo. Es decir, todo lo que no sea rock progresivo, no debería llamarse rock andaluz. O, de otra manera, no todo el rock que se hace en Andalucía es rock andaluz". Aunque hay que algunos intentos previos, se considera a Smash el grupo fundacional de este nuevo estilo subversivo y contracultural. Allí estaban Gualberto García (guitarras, sitar, clavicordio), Julio Matito (bajo, voz) y Antonio Rodríguez (batería). "Empiezan fusionando el flamenco con el blues, porque según ellos había compases que coincidían en los tiempos y en las formas", explica Vergara.
El garrotín (1971) fue el éxito más importante de los sevillanos, un tema pachanguero a la primera escucha pero, según los entendidos, con más enjundia musical de lo que aparenta. Aquí hay rock mezclado con flamenco, en este caso los acordes fundamentales del palo conocido como garrotín, una variante del tango gitano de origen incierto.
Existe un documento, titulado Manifiesto de lo borde, atribuido a Smash, que es toda una declaración de intenciones sobre aquel nuevo movimiento: "I. No se trata de hacer flamenco-pop ni blues aflamencado, sino de corromperse por derecho. II. Solo puede uno corromperse por el palo de la belleza. III. Imagínate a Bob Dylan en un cuarto, con una botella de Tío Pepe, Diego el del Gastor a la guitarra y la Fernanda y la Bernarda de Utrera haciendo el compás, y dile: canta ahora tus canciones. ¿Qué le entraría a Dylan por ese cuerpecito? Pues lo mismo que a Manuel [Molina, miembro de Smash] cuando empieza a cantar por bulerías con sonido eléctrico".
A muchos jóvenes que empezaban en la música, el resultado les voló la cabeza. Y entre el underground y el hippismo [Gualberto había visto a Jimi Hendrix tocar en Estados Unidos] empezó a formarse una escena que en pocos años reunió a jóvenes de gran talento que confluyen en Triana, Alameda, Guadalquivir, Cai, Mezquita, Goma, los primeros Medina Azahara o los propios Storm, que graban su primer disco, homónimo, en 1974. Algunos de ellos, en los primeros años, cantan en inglés, pero pronto se impone el español con acento del Sur.
El primer disco de Triana, El patio, de 1975, consigue la "fórmula mágica" de esta escena incipiente, como reconoce Vergara. "Antes se habían escuchado intentos más o menos buenos, pero Jesús de la Rosa es quien dijo cómo había que tocar, cantar y componer. Y el éxito fue incontestable", explica Vergara, que este fin de semana participa en el encuentro de Montilla.
Según explica a Europa Press el periodista montillano Manuel Bellido, uno de los impulsores de las jornadas, "fue en vinilo donde se plasmaron aquellas asombrosas composiciones, atinada simbiosis del rock, el blues y el flamenco que abrió muchas puertas y desmontó los cánones de la pureza". Y cita que los libros Esta vez venimos a golpear, de Fran G. Matute; Vida y obra de Javier Maceli Campalans, escrito por Javier Padilla; Rock progresivo en España, de Luis Clemente, y Viva el rollo!, de Edi Clavo, batería de Gabinete Caligari, "inciden y profundizan en el foco de contracultura y música underground, del que unos años más tarde brotaría el grupo Triana y toda la poderosa corriente del llamado rock andaluz que puso banda sonora a una parte importante de la transición política de la dictadura a la democracia".
A estos libros se une la autobiografía de Javier García-Pelayo, hermano del productor y cineasta Gonzalo García-Pelayo, "que cuenta en primera persona todo lo que ocurrió en aquella fértil escena hippie y psicodélica, la cara subterránea de la Sevilla tradicional y oficial", relata Bellido.
Goma, un desafío a la censura
Manuel Rodríguez, conocido como Manuel Imán o Manolito Imán, es uno de los protagonistas de aquel instante. Tenía 19 años: "Era una época en que ya se presentía la Transición y todo lo que aquello significaba. Era un momento de mucha ilusión y gran efervescencia, tanto en lo artístico como en todos lo ámbitos", recuerda. Decenas de bandas empezaban a formarse, y todas colaboraban entre sí. Unos músicos heredaban los instrumentos de otros. Goma nació en abril de 1974 por encargo de la galería sevillana de arte M-11 en la antigua casa de Velázquez; lo integraban el saxofonista Pepe Sánchez (Pepe Saxo), el baterista Antonio Rodríguez (Antonio Smash), el teclista Alberto Toribio, el bajista Pepe Lagares y el propio Manuel Rodríguez.
Su primer y único disco, 14 de abril, se grabó en paralelo al primero de Triana, en las mismas fechas y los mismos estudios Kirios, en Madrid: uno de día, el otro de madrugada para aprovechar las horas libres. La crítica es unánime al considerarlo un disco brillante, instrumentalmente complejo, que asimilaba lo que King Crimson inventaba en Londres. Pero aquellas alabanzas no se correspondieron con las ventas, y Goma solo ofreció un concierto antes de disolverse. "En mi familia todos eran melómanos. A los 9 años descubrí a los Beatles, y con 12 años ya escuchaba a Traffic, Jimi Hendrix, Cream... En Goma hicimos una música bastante experimental, y el resultado es todavía asombroso, pero el éxito comercial se lo llevaron Triana", reflexiona.
14 de abril es un disco subversivo en forma y fondo, que incomodaba desde el propio título: "Elegimos la fecha de proclamación de la República y seguíamos en la dictadura, pero coló", dice su creador. El autor del diseño, Alberto Corazón, empleó inicialmente los colores de la bandera tricolor, pero la discográfica, Movieplay, decidió eliminar el morado para evitar problemas. Y a la pirámide central, que iba coronada por el ojo de Marilyn Monroe enmarcado en el triángulo del ojo de Dios, se le eliminó el atributo divino para dejar la mirada de la actriz flotando dentro de una singular estrella.
Manuel Imán es uno de los protagonistas de las jornadas de rock andaluz y contracultura de Montilla, para las que ha recuperado parte del repertorio de Goma, que ha sido regrabado con nuevos arreglos y recientemente editado por Serie Gong Productores como Goma, 14 de abril. Revisited. "En su momento no me sentía parte de ninguna escena. Es más, el concepto de rock andaluz no existía. Lo inventaron las tiendas de discos para clasificar los vinilos en las cubetas. Pero, con el tiempo, sí eres consciente de lo que aquello significó. Fue una mezcla única de flamenco, rock, blues y jazz", reflexiona.
¿Ha muerto el rock andaluz?
"Quien diga que el rock andaluz ha muerto, me lo cargo tres veces", advierte entre bromas el responsable de 5 Lunas Producciones, Juan Antonio Vergara. "Ha estado dormido y ha tenido momentos más bajos, como cuando falleció Jesús de la Rosa, el líder de Triana. O durante la explosión de la Movida madrileña, cuando las discográficas y las promotoras vieron dinero fresco y rápido y abandonaron el apoyo que prestaban a lo que se hacía en Andalucía. La escena se vino abajo. Pero, si miramos desde entonces hasta ahora, lo cierto es no se han parado de editar discos y han surgido muchas bandas", relata Vergara, quien concluye que la escena no solo sigue con vida, sino que experimenta un verdadero "renacer".
Un ejemplo es 5 Lunas Producciones, que se propone la "reconquista" del espacio artístico "que le corresponde" al género con una hornada nueva de artistas y algunos de los clásicos de siempre, como Storm o los cordobeses Mezquita, que siguen activos. Anairt desde San José de la Rinconada; Arábiga desde Lucena; Sherish desde Jerez de la Frontera; Omni desde el Puerto de Santa María o Grande Cruz desde Jaén son formaciones que mantienen muy viva la escena. A estos se suman Califato 3/4 o Derby Motoreta's Burrito Kachimba, formaciones próximas y que llegan a un público más amplio. Junto a estos, los clásicos del género se revalorizan: el primer disco de Storm cotiza a 1.500 euros.
"Estamos en plena reconquista, hay una regeneración", valora Vergara, que sin embargo echa en falta más apoyo desde las instituciones públicas (ayuntamientos, diputaciones y Junta de Andalucía) para programarlos. Propone, por ejemplo, un festival en el que los grupos de rock progresivo andaluz sean los protagonistas, porque -lamenta- "ahora lo tienen difícil incluso para sonar en radios generalistas".
"Hasta he dejado de escuchar Canal Sur, y mira que soy amigo del director. No es que no pongan rock andaluz, es que apenas escuchas a artistas andaluces, con suerte a David Bisbal. Lo demás es reggaetón", lamente el promotor. Y lamenta la falta de respaldo institucional a lo que se hace aquí: "Cuando me siento con un concejal para exponerle mi catálogo, lo primero que me pregunta es qué tributos le llevo. ¿Tributos? Yo lo que llevo es material autóctono, música hecha en Andalucía, marca Andalucía. Los tributos son una manera fácil de ganar dinero rápido con el esfuerzo de otros", lamenta.
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