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Romería Virgen de Luna de Pozoblanco
La Virgen de Luna ya está en Pozoblanco. Un año más, un domingo de invierno, miles de romeros han acudido al Santuario de la Jara para cumplir con una de las grandes tradiciones de la provincia. Y en una jornada más propia de la primavera, marcada por un tiempo inusual para esta época del año, los pozoalbenses han recogido a su patrona y han recorrido con ella los más de 14 kilómetros de camino que separan la ermita de la parroquia de Santa Catalina, donde estará durante los próximos meses.
Al contrario que el año pasado, cuando el mal tiempo tuvo en vilo a los romeros, en esta ocasión en las horas previas los habitantes de Pozoblanco han preparado la llegada de su patrona y Alcaldesa Perpetua de manera muy intensa con canciones, tambores y hornazos. Una intensidad que se convertía en nervios y emoción para otros de los grandes protagonistas de estos días: los hermanos de la Cofradía de Nuestra Señora de Luna.
Y es que ya en la madrugada del domingo, como marca la tradición, la tranquilidad de la noche pozoalbense se rompía al escucharse unas palabras: “¡Hermano, Ave María Purísima!”. Comenzaban entonces en las calles de la localidad los movimientos con los que se iba a conformar poco a poco la comitiva que horas después pondría en marcha todos los protocolos previos para recoger a la Virgen en el Santuario de La Jara.
Tras su reunión en la Casa de la Hermandad, los hermanos, encabezados por su capitán, Juan García, acudieron al párroco José María González para pedirle permiso. Tras su consentimiento ha arrancado la peregrinación hasta La Jara, donde han esperado a miles de personas que han llegado en las primeras horas de la mañana en autobuses, a pie, en coches y en carrozas. Los romeros han empezado a ocupar los aledaños de la ermita para disfrutar de un día de convivencia en familia.
Entonces ha comenzado otro de los sonidos clásicos de esta jornada, ese que es el resultado de la suma de los disparos de los hermanos al cielo de la dehesa y el continuo repicar de las campanas, de cuyas sogas tira la gente como marca la tradición.
Eso no significa otra cosa que el inicio de los actos en honor a la Virgen de Luna, que arrancan con la tradicional procesión alrededor del Santuario. Es en ese momento cuando, por primera vez durante el día, la sonriente imagen de María con su Hijo en brazos se encuentra con los pozoalbenses.
Durante este pequeño recorrido de la Virgen por el entorno de la ermita se han visto por primera vez las andas tras ser recientemente restauradas por la Cofradía para corregir los desperfectos que habían sufrido a lo largos de los años con los traslados en el camino.
Además, con los trabajos que se han realizado sobre ellas se ha querido buscar más comodidad para los porteadores, con una reducción de peso que pretende hacer más llevaderos los traslados para los voluntarios que, en cada romería, quieren llevar sobre sus hombros el peso de la patrona.
Con el ritmo del tambor, el sonido de las salvas y los cantos de los romeros, la imagen de la Virgen se mueve en la dehesa de Los Pedroches mientras Manuel Marín, alférez abanderado, hace bailar la inmensa bandera ante la expectación de los feligreses.
Esto sucede minutos antes del inicio de uno de los actos centrales del día: la eucaristía, que un año más ha estado animada por el Coro Romero Voces de la Sierra, acompañado en esta ocasión por el Coro Romero Nuestra Señora de Luna, de Villanueva de Córdoba.
Durante la celebración de la misa, los feligreses han podido ver cómo las andas de la Virgen llevaban un crespón negro en memoria de Antonio César Fernández, misionero salesiano asesinado en Burkina Faso. Además se han vivido momentos emotivos, como la jura de bandera de un nuevo hermano, Pedro Llergo, y la imposición de medallas a los cofrades que cumplían 50 y 25 años como miembros de la Cofradía, entre ellos al colaborador de El Día Rafael Sánchez Ruiz.
Al terminar la eucaristía, el alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello, ha querido recordar “los días previos a la romería, llenos de ilusión y muy intensos en Pozoblanco, gracias al trabajo conjunto del Ayuntamiento y de la Cofradía”. Cabello ha mostado su satisfacción por el funcionamiento del dispositivo de seguridad y recordó que “es mucha la gente que viene a disfrutar de su romería en plena dehesa de Los Pedroches”.
A modo particular, el alcalde ha señalado que siente “muchísima ilusión porque poder vivirlo desde dentro hace que se disfrute con intensidad y emoción”. Cabello ha recordado algunos momentos como la imposición del bastón de Alcaldesa Perpetua a la patrona y la “satisfacción de ver cómo los pozoalbenses disfrutan de una jornada tan especial para nosotros”.
Por su parte, el capitán de la Cofradía de la Virgen de Luna, Juan García, ha mostrado “satisfacción porque todo ha salido según lo previsto” y, además, “la Virgen de Luna nos ha regalado un día extraordinario y sin ningún tipo de incidencia, con mucha gente alrededor de una romería que se disfruta con muchísima intensidad”.
Además, García ha reconodido que todavía se pone “nervioso, especialmente en momentos muy emotivos como la jura de bandera de nuevos hermanos y la imposición de medallas”.
Por su parte, Mari Luna Castro, pregonera de la Virgen de Luna en este 2019, ha explicado que ha vivido “la romería de una manera diferente a lo habitual, desde el lado de los hermanos y desde dentro”. Así, ha señalado que son días “completamente inolvidables y dejarán una crónica muy especial en mi vida”.
Al término de los actos de la mañana y bajo el sonido de la campana, los romeros han comenzado a dispersarse por las distintas zonas habilitadas junto al santuario. Llegaba el momento de compartir la comida con familias y amigos alrededor de fiambreras, canciones y botas de vino. También, en la explanada de la ermita, comenzaba el mayor bullicio en la zona de tascas donde se ha brindado por la Virgen de Luna y se ha tapeado con productos típicos de la tierra.
En realidad, todos estos momentos de convivencia son una excusa para hacer tiempo hasta las tres de la tarde, momento en que la Cofradía ha comenzado a formar junto a la ermita y la imagen mariana, en hombros de sus porteadores, ha enfilado la dirección a Pozoblanco para recorrer esos 14 kilómetros que la separan del Arroyo Hondo.
Junto a la imagen de su patrona, los pozoalbenses observan el volar de la bandera bajo los disparos de los hermanos y se preparan para acompañar a la Virgen un año más a lo largo del corazón de la comarca de Los Pedroches. Y este recorrido ha empezado tras una gran descarga del cortejo, que ha sido el pistoletazo de salida, mientras la imagen de María se despedía del Santuario de La Jara hasta dentro de unos meses.
Eran poco más de las seis de la tarde cuando la silueta de las andas de la Virgen ha podido verse desde Pozoblanco. En el Arroyo Hondo, los pozoalbenses esperaban a ambos lados del camino para recibir a su patrona y acompañarla hasta la Parroquia de Santa Catalina.
En ese momento los más ilusionados eran los pequeños, que han aguardado emocionados la ocasión de ofrecer su hornazo o su bollo a la Virgen de Luna mientras pasaba frente a ellos.
Una vez en suelo pozoalbense, la Virgen de Luna ha recibido, como marca la tradición, las llaves de los sagrarios de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. Minutos más tarde, en las puertas del Ayuntamiento, el alcalde de la localidad le ha otorgado el bastón de Alcaldesa Perpetua.
Han sido los últimos momentos de una larga jornada que ha culminado cuando ya había anochecido y Nuestra Señora de Luna atravesaba el umbral de la puerta de Santa Catalina, despidiéndose de sus fieles hasta el día siguiente.
Los pozoalbenses se preparan para un lunes que será intenso y muy emotivo ya que, junto a la festividad local en honor a la Virgen de Luna, tendrá lugar el funeral de Antonio César Fernández, misionero salesiano asesinado en Burkina Faso. Será a las 17:00 en la Parroquia de Santa Catalina. En cuanto a los tradicionales actos en honor a la patrona pozoalbense, tras la reunión de la Cofradía en la casa del capitán, Juan García, se desarrollará una eucaristía en Santa Catalina, en la que participará la Coral Marcos Redondo. Tras ello, la Virgen recorrerá en procesión las calles de la localidad para encontrarse de nuevo con los pozoalbenses.
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