San Rodrigo preludia la primavera
El patrón es sacado en procesión en una tarde animada por el buen tiempo y los cuartelillos

La Cuaresma egabrense siempre guarda en sus primeros compases un hueco para las glorias. Y es que la figura del mártir San Rodrigo, patrón de Cabra junto a la Virgen de la Sierra, pone la nota lúdica a un tiempo que en lo espiritual se postula de recogimiento. Si a ello se suma la llegada del buen tiempo es fácil imaginarse las sensaciones que se vivieron ayer en la localidad.
Pese a no coincidir con su fecha del santoral -13 de marzo-, la Hermandad de San Rodrigo Mártir-Costaleros de la Virgen de la Sierra organizó como cada año los cultos y la procesión por las calles del centro de la población que, de nuevo, se volvió a volcar con una tradición arraigada que marca la antesala de la primavera.
La función principal estuvo oficiada por el consiliario de la corporación, Zacarías Romero, quien tras el rito acompañó a un cortejo muy alegre en su cabecera. La réplica en miniatura de la Divina Serrana, bajo templete plateado, fue portada por los más pequeños, toda una cantera de costaleros que ofrecen, desde la infancia, su hombro a la patrona.
La algarabía de los pequeños dejó paso a la solemnidad y austeridad del trono que porta al mártir egabrense. Cuentan las crónicas que murió decapitado el 13 de marzo del 857 tras ser denunciado por su propio hermano -musulmán- de apostasía. Sus restos fueron arrojados al río, lo que dio lugar al milagro: días más tarde, su cabeza y cuerpo aparecieran completamente unidos a orillas del Guadalquivir, lo que le valió la sepultura junto al resto de mártires cordobeses.
La imagen, realizada por el imaginero Miguel Arjona en los años 60, hizo su recorrido entre un gran ambiente de público que abarrotó las calles atraído no sólo por el festejo, sino también por ser el primer fin de semana de cuartelillos -bares improvisados que abren las hermandades-, propio del arranque de la Cuaresma.
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