La Subasta de la Reina de los Ángeles de Hornachuelos entra en el Atlas de Patrimonio Inmaterial de Andalucía
Valle del Guadalquivir
Esta tradición se celebra cada 2 de agosto tras la procesión de la patrona del municipio
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La Subasta de la Reina de los Ángeles de Hornachuelos ya forma parte del Atlas de Patrimonio Inmaterial de Andalucía. El origen de esta festividad se remonta a finales del siglo XV, cuando una pequeña comunidad franciscana levantó el primitivo convento de Santa María de los Ángeles.
En 1869 se constituye la Hermandad de los Ángeles, estableciéndose los vínculos y obligaciones de mantener el culto a la patrona. Durante la procesión existía la costumbre de que los vecinos pagasen para que se cantara la Salve a las puertas de sus casas.
La subasta de la Reina de los Ángeles tiene lugar tras la procesión del 2 de agosto en el atrio de la iglesia y el objetivo es recoger fondos para sostener el mantenimiento del culto y la capilla de la patrona a lo largo del año. En esta subasta participa buena parte del pueblo, bien donando objetos para la puja o bien ofreciendo dinero para llevárselos. Muchos de los objetos que se pujan son meramente simbólicos, como los gladiolos, nardos o la famosa ensarta de diamelas.
Respecto a esta tradición, el Atlas destaca que el "hermano subastador" se sube a un atril desde el que va mostrando los distintos objetos y va cantando los precios de salida, dando comienzo a las diferentes pujas. Cada vez que se sube el precio de la puja por alguna de las personas asistentes se lanza un vítor a la virgen en agradecimiento: "Viva la Reina de los Ángeles Coronada. Viva".
El subastador en ocasiones improvisa y añade un "viva mi pueblo y su gente" o un "viva" por algún vecino o vecina, al que añade un "viva a todos los que estamos y a los que no están".
El Atlas recoge que, en primer lugar, se subastan los objetos donados. La tipología de objetos a subastar ha cambiado con respecto a hace unas décadas. Hasta finales del siglo XX, mayoritariamente, se subastaban dulces caseros, productos de la huerta, piezas de caza menor como perdices, zorzales o conejos, objetos de labor como colchas de croché, sábanas y mantelerías bordadas, encajes de bolillos, así como otras artesanías propias de la zona como utensilios de corcho u objetos decorativos realizados con cuerno de ciervo.
Hoy día, algunos de estos objetos se han remplazado por décimos de lotería, cestas de frutas, lotes de material de papelería, pequeños electrodomésticos e incluso consumiciones para los locales de restauración. Algunos objetos se quedan sin adjudicar y estos serán almacenados hasta el año siguiente.
En el caso de que se trate de alimentos se dona a Cáritas. Las donaciones en su mayoría provienen de establecimientos comerciales del pueblo o de los vecinos y vecinas a nivel individual, así como de algunas asociaciones o colectivos.
Sin embargo, serán las ensartas de diamelas las más cotizadas y representativas de la subasta. Es aquí donde antiguamente las familias con mayor estatus social realizaban grandes pujas para señalar su lugar y su gran poder adquisitivo. La mayor puja de las últimas décadas ascendió al equivalente hoy día de 6.000 euros.
La subasta de las ensartas se realiza una vez acabada la subasta de todos los objetos donados, lo cual puede hacer que la jornada se alargue bien entrada la madrugada. Las ensartas de diamelas han pasado por las manos de la virgen lo que hace que adquieran una importante simbología de protección.
De este modo, la persona que las obtiene en subasta deja gran parte de ellas a la virgen y las otras se las queda, o bien para su propia protección y la de su casa o las regala a un familiar enfermo o anciano para que le dé salud. Hoy día, en su mayoría mujeres confeccionan las ensartas que van entregando durante los días de novena para que sean colocadas en las manos de la virgen.
Por último, el Atlas recuerda que "una vez adjudicadas las ensartas se subastan los varales, denominación local de las andas del trono. Los varales se suelen adquirir por un grupo de personas que pujan en común para sostener un varal en concreto. De esta forma, la virgen es portada en su trono hacia el interior de la iglesia por vecinos y vecinas del pueblo, dando por finalizadas las celebraciones entorno a la patrona".
El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) gestiona el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, un mapa para la documentación, difusión y salvaguarda del patrimonio intangible andaluz, en el que ya hay registradas miles expresiones culturales.
El Atlas engloba tanto elementos culturales como rituales festivos, actividades culinarias, tradiciones orales, oficios y saberes y el registro visual de estas expresiones vivas del patrimonio cultural.
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