Vecinos de zonas rurales de la Subbética plantean implantar una guardería rural permanente
Subbética
Proponen suscribir convenios en Lucena, Rute, Iznájar y Cabra similares a los rubricados con las cooperativas durante el período de la campaña de la recogida de la aceituna
Entre los meses últimos y primeros de cada año, período que acota la campaña de recolección de la aceituna en el Sur de Córdoba, los robos y otros delitos similares descienden en un 90% en los entornos agrícolas. El despliegue de la guardería rural es un factor decisivo en esta drástica bajada de las infracciones perpetradas en propiedades privadas.
Acuerdos suscritos entre las cooperativas y diferentes ayuntamientos propician el establecimiento de este servicio de vigilancia privado, vinculándolo a la temporada de recogida de la cosecha, por lo que su carácter es discontinuo.
En consecuencia, sobre todo en las épocas primaverales y estivales, resurgen, con altos índices, las incursiones violentas y diversos destrozos en las fincas rústicas, lugar de primera y habitual residencia para multitud de familias.
Un nuevo colectivo, denominado Asociación de Vecinos por la Seguridad y Protección Rural de Lucena, ya ha entablado las primeras conversaciones con instituciones y entidades públicas a fin de encauzar convenios que faciliten prolongar, durante todo el año, la presencia de estas patrullas, complementarias a los operativos de la Guardia Civil y otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Es una plataforma de vocación comarcal –la nomenclatura referencia a Lucena por el origen de este movimiento- y conformada inicialmente por socios de distintos términos municipales. Así, en sintonía con un grupo de profesionales de la guardería rural, ya han abierto comunicaciones directas con los ayuntamientos de Lucena, Rute, Iznájar y Cabra, así como con el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) y la Mancomunidad de la Subbética.
Impotencia e inseguridad
Estos vecinos solicitan acceder a subvenciones que contribuyan al sostenimiento de la custodia de sus terrenos agrícolas. Unas ayudas que complementarían los desembolsos que actualmente afrontan para evitar la constante inseguridad y los constantes asaltos a sus viviendas, cotos de caza, cortijos o naves.
Juan Ruiz Cuadra es el presidente de la nueva asociación y relata que “todos los años hay un montón de robos” fuera del lapso que comprende la campaña oficial. Propugna “empezar” a implantar esta iniciativa “poco a poco”, por ejemplo, “con dos o tres meses el año que viene” y acepta que “los agricultores también han de concienciarse porque la guardería hay que pagarla”.
La participación que demandan a las administraciones locales e intermunicipales persigue “poder tener las fincas guardadas la mayor parte del tiempo” porque, apunta Ruiz Cuadra, “cuanto más dinero tengamos, más tiempo habrá de vigilancia rural”.
Confiesan desde esta asociación que la incertidumbre y el desasosiego residen “no en el robo en sí, sino en la impotencia cuando ocurren los actos vandálicos, en tu casa, nave o finca”.
"Es más el daño que hacen que lo sustraído"
Uno de los guardas rurales que suele desarrollar su oficio en estas latitudes es Francisco Vallejo Lozano reafirma que “es más el daño que hacen, y todo lo roto, que el valor en sí de lo sustraído”. Aclara que esta idea “estupenda”, en modo alguno es “un capricho, sino un necesidad en el mundo rural”.
La extensión rural de Lucena abarca unos 400 kilómetros cuadrados, una superficie, indica, inabordable para los efectivos ordinarios de la Guardia Civil. “Nosotros, con una patrulla”, apunta, “nos solemos encargar de entre 80 y 100 kilómetros cuadrados”. Añade que “no sólo es vigilar la cosecha, sino también las viviendas, la maquinaria o el cableado eléctrico”.
Por el momento, la inversión requerida es el obstáculo primordial esgrimido en los contactos iniciales que han activado con la mancomunidad, el GDR y los ayuntamientos. Una vez constituida oficialmente la asociación retomarán las reuniones y también sopesan iniciar recogidas de firmas.
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