El acusado de asesinar a su mujer en Rute a martillazos reconoce los hechos y acepta 21 años de cárcel

Tribunales

Juan Rosales, de 46 años, dice ante el jurado popular que se encuentra arrepentido

La Guardia Civil trabaja en el lugar donde se produjo el crimen en Rute.
La Guardia Civil trabaja en el lugar donde se produjo el crimen en Rute. / Salas / Efe
El Día

12 de septiembre 2022 - 19:08

Juan Rosales, de 46 años, el asesino confeso de su mujer, Piedad Cruz, en la madrugada del 2 de julio de 2019 en Rute ha asumido este lunes los hechos ante el jurado popular, lo que implica aceptar una condena de 21 años de prisión: 20 años por asesinato y un año más por maltrato habitual. Ha aceptado asimismo una orden de alejamiento respecto a sus hijos durante 35 años; además, pierde la patria potestad. A preguntas de su letrado, Francisco Muñoz Usano, el procesado ha expresado su arrepentimiento y que sigue un tratamiento psiquiátrico.

Según el relato del Ministerio Público dado por bueno, durante el matrimonio, antes incluso del año 2011, el acusado sometió a su víctima a un clima de humillación y sumisión en el que constantemente se producían insultos, vejaciones y amenazas, lo que llevó a la propia víctima a poner fin a la relación y a pedir ayuda al Instituto Andaluz de la Mujer, que apreció en ella "signos compatibles con una situación de maltrato psicológico".

Sin embargo, meses después la relación volvió a reanudarse y con ella también las agresiones verbales, las humillaciones y las amenazas. Dos meses antes de que su marido la matara, Piedad había empezado a trabajar en una empresa propiedad de su hermano y, a mediados de junio, le comunicó que quería poner definitivamente fin a su matrimonio.

Y ahí, según el relato del fiscal, se reanudó el acoso. El acusado nunca aceptó la decisión de que la relación se terminara y lo que hacía era llamarla por teléfono o ir a su domicilio para intentar retomar la convivencia de pareja. El acusado estaba convencido de que ella había tomado la decisión influenciada por su familia para romper la relación con él y que, además, había empezado una relación con otra persona.

El día en el que Juan mató a Piedad, ella estaba con sus hijos y sus familiares. Él le hizo varias llamadas a lo largo del día conminándola a volver a casa, algo que ella hizo ya por la tarde. Al llegar a su casa se lo encontró en el interior de la vivienda y se produjo una fuerte discusión. La víctima le dijo que dejara de llamarla y de buscarla, que no iban a reanudar la relación.

El acusado salió de la vivienda a las 23:00 acompañado de uno de sus hijos y tomó la decisión de matarla. Volvió a la casa de a víctima a la 01:00 del 2 de julio, accedió usando su llave, bajó al sótano, donde guardaba sus herramientas y subió al dormitorio donde acabó con la vida de la víctima asfixiándola y golpeándole brutalmente con una herramienta.

Una vez cometido el crimen, le tapó la cara, se duchó, bajó las persianas de la casa, recogió a sus hijos y huyó llevando a los menores hacia Madrid en coche. Una vez allí, desayunaron juntos en una cafetería y el propio acusado llamó a la Guardia Civil desde allí para confesar el crimen e indicar a los agentes dónde se hallaba la víctima. El asesino ingresó en prisión el 4 de julio de 2019.

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