Almodóvar del Río recupera las cortijeras, una danza en peligro de extinción

Vega del Guadalquivir

Un pasacalles el próximo 18 de enero revivirá este baile con motivo del centenario del Ateneo Popular

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Representación de las cortijeras de Almodóvar del Río.
Representación de las cortijeras de Almodóvar del Río. / El Día

Almodóvar del Río/Al lao del castillo pronto te espero para hablarte de amores, mi cortijero. Así canta la letrilla de una danza popular, las cortijeras, que lleva décadas en peligro de extinción en Almodóvar del Río y que el Ateneo Popular recuperará del olvido el próximo 18 de enero. Esto será posible tras un arduo trabajo de investigación capitaneado por el músico y estudioso del folklore José Manuel Muñoz Merinas, natural del municipio, y por su hija, la profesora de danza María José Muñoz, coincidiendo con la celebración del centenario del Ateneo Popular.

Tradicionalmente, las cortijeras se bailaban en la madrugada del 19 al 20 de enero, día de San Sebastián, patrono de los aceituneros, fecha en la que se daba por finalizada la recogida de la cosecha. En esta jornada, las jóvenes iban de cortijo en cortijo iluminadas por antorchas, festejando el final de la faena agrícola y bailando con los mozos. La desaparición de esta forma de vida a la par que las sociedades rurales se desarrollaban llevó a que esta tradición cayera en el olvido, hasta ahora.

Las cortijeras son, en realidad, una variedad de las seguidillas manchegas, como desvela José Manuel Muñoz, que ha rastreado sus orígenes. Se sabe que su impulsora fue una vecina cuca, Carmen Castilla Castilla, quien las interpretó hacia 1910. La joven las había asimilado desde niña, pues había visto a los jornaleros manchegos que se alojaban en la fonda de su padre, propietario también de un carro con el que los acercaba a los cortijos.

Un taller en casa de Carmelita la Lora

"Como a Almodóvar venía mucha gente de fuera, seguramente Carmen lo aprendió a bailar ahí", resume Muñoz. Hacia 1915, Carmelita la Lora, como era popularmente conocida, montó en su casa un taller para bailar manchegas y otras danzas típicas como las sevillanas, al tiempo que ayudaba a los niños a aprender a leer y a escribir, lo que ayudó a que las cortijeras se hicieran muy populares en poco tiempo.

Trabajadoras en un cortijo de Almodóvar del Río.
Trabajadoras en un cortijo de Almodóvar del Río. / El Día

En la madrugada de San Sebastián, como en los caseríos no había luz eléctrica, las comitivas se ayudaban de antorchas hechas de esparto de los pabellones, y se desplazaban de cortijo en cortijo. Las vecinas más longevas aún recuerdan esta tradición y han contado a Muñoz Merinas que, cuando se aproximaba la fecha, los señoritos daban unas monedas a las trabajadoras, con las que se compraban polvos de talco y colonia de tocador para los festejos.

En las danzas, ellas vestían faldas rameadas con un volante de colores vivos confeccionado con tejido de percal, blusa blanca, pañuelo de seda, alpargata y medias blancas. Se peinaban con un moño bajo y se prendían flores hacia un lado. Los hombres llevaban traje de faena, con pantalón hasta la rodilla, polainas, alpargatas, faja roja a la cintura y camisa blanca.

Recuperar las cortijeras, un "trabajo muy duro"

Está documentado que Carmelita la Lora llevó las cortijeras a Córdoba capital en 1942 con la música de la Orquesta Merinas, fundada en el Ateneo Popular. La función tuvo lugar en el antiguo cine Duque de Rivas, en un acto benéfico a favor de los niños del auxilio social. Y en 1949 las bailó por última vez en Almodóvar del Río; el vestido de aquella última danza lo conserva el propio Muñoz Merinas.

Desde entonces, las cortijeras se han bailado en muy contadas ocasiones: en 1999 a petición de la entonces alcaldesa, Sierra Luque, y en 2007 por parte de un cuadro de baile del conservatorio Luis del Río en la puerta de la romería.

Tras meses de ensayo y como resultado de "un trabajo muy duro", la puesta en escena de la danza se hará el día 18 de enero con un pasacalles a la luz de las antorchas que se iniciará con el baile ante la ermita de la Virgen del Rosario, donde se encuentra la imagen de San Sebastián. Participarán 16 mujeres y jóvenes, formando cuatro cuadros, que serán acompañadas por músicos integrantes de la antigua rondalla del Ateneo y del Centro Filarmónico Ciudad de los Califas. También participarán dos cantaoras, Pepa Muñoz Delgado y Antoñi López Contreras.

Tras recorrer varias calles, músicos y bailarinas concluirán en la plaza del Ayuntamiento, donde finalizará la fiesta con una nueva interpretación de esta antigua danza y con el himno del Ateneo Popular. Como explica Muñoz Merinas, la idea es que las cortijeras se perpetúen como un símbolo de la localidad y se bailen, al menos, cada 20 de enero.

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