El hijo de la anciana fallecida la halló maniatada y amordazada en su casa
El cadáver estaba tapado por una cortina y tenía un cojín sobre el rostro, por lo que la primera hipótesis es que la víctima murió asfixiada El juzgado decreta el secreto de las actuaciones
Conforme avanzan las horas, empiezan a conocerse las circunstancias que rodean la extraña muerte de Joaquina C. C., la mujer de 83 años cuyo cadáver fue hallado el jueves por la tarde en el interior de su domicilio con evidentes signos de violencia. Según ha podido conocer El Día de fuentes próximas al caso, el cuerpo sin vida de la mujer fue descubierto por uno de sus hijos, ya caída la tarde, cuando al igual que cada día se acercó hasta la vivienda de su madre para hacerle una visita rutinaria y llevarle la comida para el día siguiente.
Según las mismas fuentes, al entrar el hijo al domicilio -situado en el número 4 de la calle Mari Tienda- le extrañó que hubiese una cortina tirada en el suelo en la entrada de la casa y, al avanzar unos pasos, descubrió a la mujer tendida en el suelo en una imagen aterradora: tenía las manos atadas y la boca amordazada. El rostro, además, estaba cubierto por un cojín, por lo que, a expensas de lo que arroje el resultado definitivo de la autopsia, las primeras hipótesis manejadas por los investigadores es que la octogenaria falleció como consecuencia de una asfixia.
Fueron estos signos de violencia los que alertaron a los agentes del puesto principal de la Guardia Civil de Baena, quienes activaron de inmediato un operativo especial para investigar los motivos del crimen y detener al autor. En la mañana de ayer, numerosos guardias civiles y agentes del departamento de criminalística continuaron en la vivienda en busca de pruebas e inspeccionaron los alrededores del lugar en el que se produjo el suceso. El juez de instrucción ha decretado el secreto de las actuaciones, por lo que nada ha trascendido del móvil del crimen. Fuentes próximas al caso indicaron, no obstante, que los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis sobre el mismo.
La muerte de Joaquina C. C. causó una gran impresión en la localidad de la Campiña Este, donde ha sorprendido que una vecina sea víctima de un suceso de tal truculencia. Ya el jueves por la tarde, numerosos residentes de la zona se agolparon a las puertas de la vivienda, que fue acordonada por los agentes para facilitar la inspección y el trabajo de los cuerpos de seguridad y del juez de guardia. A primera hora de la noche, el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, ubicado en Córdoba capital; la autopsia determinará las causas exactas del deceso y la hora concreta en que se produjo.
Tras dar aviso el hijo de la fallecida del hallazgo el jueves por la tarde, hasta la vivienda se trasladaron guardias civiles y médicos del Centro de Salud baenense, que sólo pudieron determinar la muerte de la mujer. El Instituto Armado centró desde el inicio la investigación en el interior de la casa, buscando pruebas para intentar esclarecer lo ocurrido.
Joaquina C. C. era viuda y residía sola. Algunos vecinos achacaron a la familia dificultades de convivencia desde hace bastante tiempo y diferentes problemas, aunque nada hacía presagiar este desenlace. El secretismo generado en torno a la muerte, además, no hizo sino preocupar más y generar un mayor miedo entre los habitantes de Baena, que anoche volvieron a acostarse sin conocer la resolución del homicidio. Al cierre de esta edición, todavía no se habían producido detenciones.
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