El barroco de la Subbética inicia el camino para ser Patrimonio Mundial
Arte
Con Priego como buque insignia, la candidatura englobaría a Lucena, Cabra, Encinas Reales, Benamejí o Palenciana
Una ruta con diez paradas para conocer el barroco de la Subbética
Iglesias espléndidas, casas solariegas monumentales, fuentes majestuosas, tallas magistrales... El arte barroco de la Subbética cordobesa en sus múltiples facetas ha iniciado esta semana el largo trayecto para su declaración como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco, una iniciativa que busca situar en primera línea del turismo el trabajo desarrollado en el siglo XVIII por arquitectos, tallistas y artesanos en el Sur de la provincia, con Priego de Córdoba como principal buque insignia. Lucena, Cabra, Benamejí, Encinas Reales o Palenciana son otros municipios que atesoran obras maestras del barroco que, hasta el momento, permanecen como tesoros al resguardo del turismo masivo. Quizás sea por poco tiempo.
"El siglo XVIII fue vital en la provincia de Córdoba, un momento de esplendor económico tanto en lo agrícola como en lo industrial que tuvo en Priego un gran foco de la mano del textil", explica la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba María Ángeles Raya, especialista en el barroco. "Priego es de una calidad inmensa y no desmerece en nada a otras ciudades que son visitadas por miles de turistas. Pasear por el municipio es muy interesante porque se conserva en un excelente nivel. Hay innumerables iglesias, casas que son de un gran señorío, capillas... Realmente no tiene parangón", explica la experta.
El barroco de la Subbética estalló en la segunda mitad del siglo XVIII en torno a la figura de Francisco Hurtado Izquierdo (Lucena, 6 de febrero de 1669-Priego de Córdoba, 30 de junio 1725), uno de los artistas más destacados del barroco español. Fue maestro mayor de las catedrales de Córdoba y Granada y el autor de obras tan emblemáticas como los sagrarios de las cartujas de Granada y de El Paular (Rascafría). En su haber está la renovación del lenguaje arquitectónico y ornamental del barroco cordobés y granadino, con su gusto por las plantas centrales. En ellas hace gala de su dominio en la combinación de mármoles embutidos y yeserías, que tapizan los muros y descomponen la luz natural y generan ambientes ilusorios y vibrantes.
Aunque algo así no podía hacerlo solo una persona: "Formó a un grupo de maestros de obra o arquitectos, que también trabajaron en retablos de gran belleza, como Jerónimo Sánchez de Rueda y sus discípulos. Los talleres eran itinerantes, lo que permitió que su obra fuera amplia y ahora pueda ser contemplada en distintas ciudades", destaca la profesora Raya. Todos estos vestigios, muchos de ellos intactos, constituyen un legado único que, para la experta, tiene valía suficiente para convertirse en Patrimonio Mundial.
Como características diferenciadoras, la experta apunta a la "exuberancia" con que se recubrió todo. Esto se refleja, por ejemplo, en una colección de singulares camarines como los que amparan a la Virgen de la Sierra, en Cabra, o de Araceli, en Lucena. También destaca el culto a los nazarenos, mostrados igualmente en ricos altares y capillas. Y, por supuesto, en la cúspide de este arte, se encuentran las sagrarios.
El de la parroquia de la Asunción de Priego de Córdoba es una obra maestra absoluta, destaca. Realizado por Francisco Javier Pedrajas entre 1772 y 1784, es Monumento Nacional desde 1932. Su planta consiste en un octógono rodeado de paso inferior y tribuna que es rematada con una impresionante cúpula que está perforada por ocho amplios ventanales desde los que desciende la luz a todo el conjunto. Todo se recubre con una profusa decoración de molduras y yeserías de inspiración rococó. "La obra cuenta lo que significa el sagrario para los católicos y es el resultado de todos los maestros que trabajaron en la zona", resume Raya.
El listado de bienes sobresalientes es innumerable. Sin salir de Priego de Córdoba, están las iglesias de San Pedro, San Francisco o la de la Aurora o la Fuente del Rey; la ermita de la Virgen de la Sierra, el convento de Santo Domingo, las Angustias, la Asunción y Ángeles, la de San Juan Bautista, el edificio del Instituto de Bachillerato Aguilar y Eslava en Cabra; el palacio de los Condes de Santa Ana, la capilla del Sagrario de San Mateo, la iglesia y el hospital de San Juan de Dios o el santuario de la Virgen de Araceli en Lucena. Palenciana custodia el retablo de San Miguel Arcángel; Benamejí, la ermita de los Remedios y la parroquia de la Inmaculada Concepción; Encinas Reales, la ermita del Calvario; Rute, la capilla de San Sebastián... La lista sería interminable.
Los primeros pasos para armar una candidatura
Esta semana, la Diputación de Córdoba ha dado el primer paso para armar una candidatura con la aprobación por unanimidad de una proposición presentada por Vox, partido que ha liderado desde el inicio este proyecto de la mano del diputado nacional José Ramírez del Río. En las próximas semanas, el Congreso de los Diputados y el Parlamento de Andalucía también examinarán la iniciativa.
En la moción ya respaldada por la institución provincial, se expone que, hasta el momento, el reconocimiento de la Unesco "se ha restringido a grandes conjuntos situados o en la propia capital o en sus inmediaciones", como es el caso de Medina Azahara. Y ello pese a que, desde todas las administraciones nacionales, autonómicas y locales, y la Diputación de Córdoba no es una excepción, se ha hablado en los últimos tiempos del problema de la despoblación, y la puesta en valor de este tipo de monumentos "puede ser un medio eficaz de lucha" contra este fenómeno demográfico", explica la moción defendida por el diputado provincial Rafael Saco.
"Es imprescindible poner en valor monumentos situados más allá de las capitales de provincia y la inclusión de este tipo de patrimonio en la lista de aspirantes a ser Patrimonio Mundial, en una comarca cuya riqueza no envidia en nada a, por ejemplo, la Toscana italiana no ha recibido la atención que sería normal y que sin duda merece", defendió Saco. El gran referente, no obstante, serían las ciudades del Valle de Noto de Sicilia, reconocidas como Patrimonio Mundial en 2002.
Para lograr este reconocimiento, el primer paso que debe de llevar a cabo un Estado es la realización de un inventario de los bienes susceptibles. Este documento se denomina Lista Indicativa y en base a ésta se seleccionan las candidaturas de sitios para su inscripción como Patrimonio Mundial. Es un paso de suma importancia dado que debe transcurrir al menos un año en esta situación para someterse al examen de la Unesco. El proceso es largo y tedioso.
En primer lugar, cada comunidad autónoma selecciona los bienes susceptibles de ser declarados Patrimonio Mundial en el futuro. En segundo lugar, esta criba se presenta al Grupo de Trabajo I de Patrimonio Mundial, creado en el año 2010 por el Ministerio de Cultura y avalado por el Consejo de Patrimonio Histórico. En tercer lugar, el pleno del Consejo aprueba las inclusiones a la Lista Indicativa Española. Por último, el Ministerio da traslado al Centro de Patrimonio Mundial y, si se cumplen los requisitos necesarios, lo eleva al Comité de Patrimonio Mundial para su evaluación. Entre un momento y otro, pueden transcurrir varios años.
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