El arte de fundir en bronce en Priego de Córdoba

Subbética

La Escuela Libre de Artes Plástica organiza cada verano el único curso de España de 'Dibujo y Escultura en bronce'

Más de una veintena de estudiantes han participado en la edición del programa de este año

La restauración de la iglesia de la Aurora de Priego de Córdoba encara su recta final

Un momento del curso / Laura Serrano

Priego de Córdoba/El curso de Dibujo y Escultura en bronce, único en España, lleva más de tres décadas formando parte de la programación de la Escuela Libre de Artes Plásticas de Priego de Córdoba, que este año celebra su 28 edición. Un verano más, la Escuela ha abierto sus puertas en esta localidad de la comarca de la Subbética a decenas de alumnos, que procedentes de distintos puntos del país, han podido disfrutar de una experiencia excepcional que une formación y ocio en un entorno privilegiado y con un profesorado de primer nivel.

En concreto, el curso de Dibujo y Escultura en bronce ha contado con la presencia de 23 estudiantes, procedentes de Valladolid, Salamanca, Vigo, Sevilla, Córdoba y Granada, entre otras ciudades del país. Este año, además han tomado parte en el mismo dos alumnos becados por la Fundación Venancio Blanco, uno de ellos residente en Madrid, aunque de origen vietnamita. Este año el número de solicitudes recibidas ha sido muy alto, unas 49 en total, por lo que han sido muchos los alumnos que han quedado fuera de este curso. Junto a ellos han estado Balbino Montiano, profesor titular en la facultad de Bellas Artes de Granada, que ha sido el encargado de dirigir el curso, acompañado de los profesores Fran A.H. Alvarado, Juan Carranco y la prieguense, Esperanza Durán.

Todos han coincidido en destacar la cohesión del grupo y la buena sintonía que ha habido durante estos días, algo fundamental para el buen desarrollo de esta enseñanza. Algo debe de tener este curso cuando profesores y alumnos apuestan por esta formación en agosto, en plena Subbética cordobesa, donde las temperaturas no dan tregua estos días, más aún desarrollando trabajos de fundición como hacen ellos.

Teoría y práctica

El curso tiene contenidos teóricos y prácticos centrados en el dibujo, tal y como explica su director, Balbino Montiano. “A partir de ahí, ya nos metemos en los talleres, donde se van ofreciendo las claves necesarias para el conocimiento de todas y cada una de las herramientas que se van a utilizar en los distintos procesos, de las técnicas y las medidas de seguridad que se tienen que tomar”, detalla. Así, poco a poco, se va desarrollando esa idea inicial que se va convirtiendo en estructura, en plastilina, en molde de escayola y en cera; realizándose también los moldes refractarios necesarios para después poder fundir en bronce.

A lo largo de los diez días durante los que se desarrolla el curso -del 29 de julio al 7 de agosto-, se imparten conocimientos equivalentes a una asignatura optativa de la Facultad de Bellas Artes de Granada durante un semestre, lo que da una idea de la intensidad del curso.

La "colada"

Pero sin duda, uno de los momentos más esperados de toda la formación llega con la colada final, el momento en el que el bronce se funde y se vierte en los distintos moldes. Es lo que se conoce como “la colada”, y según explica Juan Carranco, es “clave en todo el proceso y tiene mucho de ritual”.

Una vez que el bronce se funde en un crisol a 1.200 grados, se va ejecutando un baile en el que todos los integrantes asumen un papel y se van moviendo unos alrededor de otros para que el vertido se realice de manera efectiva. “Tiene que ser muy rápido, ya que el descenso de temperatura alcanza los 100 grados por segundo, por lo que el crisol que sale incandescente, una vez terminado el vertido, adquiere un tono rojizo que indica el descenso de temperatura, que puede ser de 800 grados”, apunta Fran A. H. Alvarado.

Una vez que se ha realizado la colada y se obtiene la pieza, hay que limpiarla e ir cortando cada uno de los elementos sobrantes y reconstruyendo algunas de sus partes. Después de repasar todas las esculturas, se les da un tratamiento superficial para poderlas enganchar en las bases para ser expuestas, detalla Montiano. Es habitual realizar a lo largo del curso, distintos tipos de procesos de fundición artística, como la fundición por revestimiento cerámico, la microfusión o la fundición directa con cascarilla cerámica.

Un equipo unido

Los alumnos del curso durante una pausa / Laura Serrano

Para Esperanza Durán, lo mejor del curso, sin duda, “es el equipo”. “Yo comencé asistiendo como estudiante en 2013, asistí a dos cursos y luego estudié Bellas Artes en Granada donde conocía a Balbino”, cuenta. Posteriormente, cuando se reactivaron los cursos, entró a formar parte del equipo que los imparte.

Según Montiano, muchos no entienden el motivo que les lleva a impartir un curso de fundición en Córdoba en pleno mes de agosto, pero “los lazos que tenemos entre nosotros hacen que repitamos año tras año”.

En el caso de Fran A.H. Alvarado, su motivación procede de Venancio Blanco, fundador e impulsor de estos cursos, fallecido en 2018. “Cada vez estoy más convencido de que las enseñanzas de Venancio perduran en este curso”, asegura Alvarado, quien alude a las palabras de Blanco cuando afirmaba que para hacer una obra de arte se necesitan las manos de un artesano, guiadas por la cabeza de un artista y el corazón de un ser humano; si todo eso está en el mismo cuerpo, entonces la obra tiene un sentido. “Esto es precisamente lo que intentamos trasmitir en este curso”, matiza Alvarado.

Este jueves 7 de agosto finaliza la XXXI edición de este curso de Dibujo y Escultura en bronce, el único de estas características que existen en España y lo hace con una exposición de los trabajos realizados por los alumnos a lo largo de estos días, dando a conocer así el resultado de una formación muy específica e intensa que recordarán como fundamental en su trayectoria profesional.

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