Un grupo de asaltantes roba y provoca graves daños en el Colegio Salesiano

La Guardia Civil investiga los hechos, aunque a última hora de ayer todavía no se había practicado ninguna detención · Los ladrones se llevaron la corona de María Auxiliadora, dinero y enseres

El sacerdote Antonio Rides muestra uno de los calices destrozados en la sacristía del templo.
F. R. C.

18 de noviembre 2012 - 05:01

El Colegio Salesiano San José de Pozoblanco, uno de los tres con los que cuenta la orden de Don Bosco en la provincia, sufrió en la madrugada de ayer (de viernes a sábado) un asalto vandálico que se saldó con robos de escaso valor económico pero con numerosos destrozos, los principales de los cuales se produjeron en la iglesia del centro escolar, lo que provocó una gran conmoción en una localidad en la que el espíritu salesiano goza de una fuerte implantación. A primera hora de la mañana, según relataron a este diario fuentes del colegio, uno de los sacerdotes acudió como cada día al templo para oficiar la misa de la mañana y fue él el que, al abrir las puertas, se encontró con que todo estaba revuelto y patas arriba. Luego se constató que los asaltantes también habían actuado en otras zonas del centro escolar y habían provocado daños en los aularios y en el teatro con el que cuentan las instalaciones.

Tras la inspección, se constató que los ladrones se habían llevado la corona de la imagen de María Auxiliadora -de escaso valor económico pero de importante valor sentimental-, un copón, un cáliz, otra corona, el dinero de los cepillos y del altar de las velas y varias participaciones de lotería que había en la portería del edificio. Dadas las amplias dimensiones del colegio Salesiano, que ocupa prácticamente media manzana en la zona Este de la localidad, los asaltantes pudieron actuar sin ser escuchados por los sacerdotes que allí residen, y que a esas horas se encontraban descansando en las dependencias privadas con las que cuentan. La Guardia Civil, encargada del caso, confirmó ayer que se había abierto investigación y se estaban instruyendo diligencias. Precisaron que los primeros indicios apuntan a un acto de gamberrismo cometido por un grupo de jóvenes. A última hora de ayer, sin embargo, no se había producido detención alguna todavía.

Más allá del valor económico de lo sustraído, que no era elevado, lo que más dolió a la comunidad salesiana fueron los sucesos acaecidos en el interior de la iglesia. En concreto, sorprendió que los asaltantes, para poderle quitar la corona, hubiesen bajado a María Auxiliadora del camarín en el que se encuentra situada durante todo el año. Al hacerlo, provocaron leves daños en la imagen mariana, en especial en un dedo de la mano derecha, aunque los propios salesianos quisieron quitar hierro a estos desperfectos. Otra imagen muy querida en Pozoblanco y a la que también se rinde culto en esta iglesia, la Virgen de la Amargura, que sale en procesión todos los años la noche del Jueves Santo en la Semana Santa pozoalbense, también se vio afectada, ya que los ladrones le quitaron su corona, de moderado valor. En un principio, se pensó que los asaltantes se la habían llevado, pero luego se encontró la pieza tirada y pisoteada en la sacristía. También intentaron quitarle las potencias al Cristo del Perdón, pero desistieron.

Otro punto espinoso del asalto, dada su relevancia religiosa, fue la apertura del sagrario, situado en una nave lateral y junto a la urna en la que reposan los restos del beato Bartolomé Blanco, patrono de la juventud católica cordobesa. Los asaltantes sacaron los copones y cálices y tiraron por el suelo las sagradas formas que había en su interior. Ya en la sacristía, también encontraron varios cálices y los destrozaron. Los desperfectos más graves se completan con el deterioro del equipo de música del salón de actos y de otros equipamientos tecnológicos.

Los asaltantes, que se cree que fueron más de dos, entraron forzando la cerradura de los portones traseros del inmueble, que dan a la avenida Villanueva de Córdoba. Desde allí accedieron a la sala de profesores de Primaria, donde se hicieron con las llaves del resto de dependencias, lo que les permitió actuar con libertad. También forzaron otras cancelas para llegar a la iglesia, pero en todo caso, y según fuentes de la investigación, dieron muestras de conocer bien el edificio y sus pormenores.

La familia salesiana agradeció ayer las numerosas muestras de solidaridad que recibió a lo largo de la jornada y se puso en marcha, una vez acabó la investigación policial, para que la vida religiosa de la iglesia pudiese seguir como cualquier sábado. Antonio Rides, sacerdote salesiano, explicó que el asalto "ha impactado en el mismo corazón de Pozoblanco", pues el fervor popular con el que cuentan las imágenes de María Auxiliadora y de la Virgen de la Amargura resulta innegable.

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