Un perro de asistencia, la esperanza de una familia de La Carlota para mejorar la vida de su hijo
Vega del Guadalquivir
Los padres del pequeño José Gabriel recaudan fondos para conseguir este animal doméstico entrenado según las necesidades del menor con autismo
El pequeño José Gabriel Ocaña tiene dos años, padece trastorno del espectro autista y su familia está recaudando fondos para poder costear el adiestramiento de un perro acorde a las necesidades y el carácter que presenta.
Su madre es Emily Moreno y empezó con la recaudación hace un mes con la venta de artículos donados por tiendas locales de La Carlota. El objetivo es obtener 10.000 euros en un año, ya que con esta financiación podrían adquirir al animal para que José Gabriel tuviese una vida mas independiente y social, “le cambiaría la vida”, afirma Emily.
Con tan solo un año, las profesionales del centro de salud y la guardería a la que iba el pequeño en La Carlota avisaban de conductas que alertaron a la familia. “Mi hijo no se acercaba a los demás niños, no sabía gatear, no te miraba a los ojos y pasaba las noches llorando”, recuerda la madre.
Ante este escenario, los progenitores se toparon con una recomendación recurrente en otras familias con una situación similar, la de adquirir un perro que se convierta en el principal apoyo del pequeño. La figura del animal ayudaría al control de las emociones y propiciaría una comunicación del menor con su entorno.
La experiencia de otras madres es exitosa, según cuenta Emily, quien asegura que “dicen que le ha cambiado la vida por completo”. Además, el nuevo integrante de la familia colaboraría para poder realizar actividades del día a día con aparente normalidad, “yo no puedo salir a la calle normal, ni ir a hacer la compra”, anota.
José Gabriel padece terrores nocturnos y trastornos del sueño, por lo que cuando a Emily le comentaron que gracias a un perro de asistencia social el niño podría dormir solo en su cama no se lo creía.
Para cumplir este deseo, la familia se puso en contacto con Kuné, Perros de Ayuda Social, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a mejorar la calidad de vida de personas con dificultad física, intelectual, emocional y/o sensorial a través de estos animales.
El perro de ayuda social no solo mejora la vida de la persona usuaria, si no también la vida de familiares y el entorno. José Gabriel es el mediano de dos hermanas, una de diez años y otra de 11 meses. Para colaborar con la familia y poder hacer frente a la adquisición, cuidado y entrenamiento del animal, aquel que lo desee podrá realizar una aportación desde la página web de la fundación Mi grano de Arena, entrando en la campaña Necesitamos un perro de asistencia para José Gabriel.
La familia mantiene la esperanza de alcanzar el reto y también, poder dar visibilidad a esta alternativa y ayudar así a aquellos progenitores y familiares que se encuentren ante un diagnostico como el de José Gabriel.
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