La campaña del girasol finaliza en Córdoba con una reducción de la superficie del 7,5%

El campo

La provincia es la tercera de Andalucía con mayor superficie, por detrás de Sevilla y Cádiz

Desde Asaja señalan que el valor de los ingresos en la venta de la cosecha está por debajo de los costes de producción

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Una plantación de girasoles.
Una plantación de girasoles. / Alberto Domínguez

Córdoba/La campaña del girasol ha finalizado en Córdoba con una reducción de la superficie de este cultivo del 7,5% en relación a la campaña anterior, produciéndose así un descenso continuado en los últimos años. El presidente de Asaja Córdoba, Fernando Adell, ha explicado que esta situación es consecuencia de la escasa rentabilidad del girasol, que "pone en peligro la continuidad del cultivo por el bajo valor de los ingresos en la venta de la cosecha, pues está por debajo de los costes de producción".

En esta campaña 2023-2024, la superficie de este cultivo en Córdoba es de 23.635 hectáreas, frente a las 25.080 hectáreas de 2022-2023, siendo la tercera provincia andaluza con mayor superficie, por detrás de Sevilla y Cádiz. En comparación con la última década, el cultivo ha caído en más del 35% en la provincia. Y es que "la rentabilidad y las adversidades climatológicas han hecho que este cultivo tenga unos rendimientos bajos que, junto a las cotizaciones, está provocando que la superficie del cultivo disminuya", ha subrayado Adell.

Sin embargo, los rendimientos medios en la provincia de Córdoba rondan los 1.300 kilogramos por hectárea de media, lo que supone un leve una subida de producción en comparación con los últimos cinco años. Este año, la climatología ha acompañado al cultivo y se sembró en fecha. Por ello, las más tempranas se han cosechado con mejores rendimientos que las más tardías, que se realizaron después de las lluvias primaverales, viéndose mermadas en producción con rendimientos más bajos.

No obstante, los rendimientos grasos han sido muy bajos y un gran número de explotaciones no han alcanzado los rendimientos mínimos requeridos por la industria, lo que implica reducciones en las cotizaciones por penalizaciones según los criterios establecidos.

Esto, junto con las bajas cotizaciones, que apenas llegan en campaña a los 412 euros la tonelada en girasol linoleico 9-2-44 y 435 euros la tonelada en los altos oleicos, hace que “el agricultor no encuentre atractivo en sembrar las siguientes campañas por la nula rentabilidad del cultivo, al no cubrir los gastos de producción”, aseveran desde Asaja.

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