La Guardia Civil investiga a siete personas por la caza ilegal del zorzal en Adamuz y Montoro
Alto Guadalquivir
Los efectivos localizan 40 aves muertas en nueve puntos
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) investiga a siete personas como supuestos autores de un delito contra la Protección de la Flora y Fauna Silvestre, por supuestamente dedicarse a la caza ilegal del zorzal mediante la modalidad conocida como Chifle, en los términos municipales de Adamuz y Montoro.
El Instituto Armado ha informado de que con el inicio de las temperaturas otoñales se inicia la migración de aves de países nórdicos al sur de Europa y África, como es el caso del zorzal y otras especies de aves insectívoras de pequeño tamaño.
Ante ello y con el fin de evitar en lo posible la caza ilegal con medios prohibidos no selectivos, para la captura del zorzal a su paso migratorio por la provincia, durante las horas nocturnas, el Seprona estableció un dispositivo de servicio orientado a la prevención de este tipo de modalidad de caza, conocida como el método Chifle, que consiste en un entramado de varetas o redes invisibles impregnadas con pegamento colocadas en un árbol o árboles dominantes y la utilización de un reproductor de sonido digital -reclamo mediante cantos de imitación- para atraer a dichas aves y una vez capturadas las aves son destinadas al consumo humano, generalmente en el ámbito familiar o local.
Fruto de este operativo, durante el último mes y medio, las patrullas del Sepronna de Montoro, Córdoba y Villanueva de Córdoba, han realizado varios servicios para localizar estos medios prohibidos para la captura del zorzal en la comarca cordobesa del Alto Guadalquivir, que ha permitido el descubrimiento y desactivación de nueve puntos en los términos municipales de Montoro y Adamuz, y se ha procedido a la investigación de siete personas como presuntas autoras de delitos relativos a la Protección de la Flora y la Fauna Silvestre.
Asimismo, se han aprehendido 40 redes japonés, invisibles o niebla que, en conjunto, poseen una longitud aproximada de 300 metros y cubren un extensión de unos 800 metros cuadrados, así como siete reproductores de sonido reclamos eléctricos, dos altavoces acoplados a esos reproductores y 16 trampas o costillas.
La desactivación de estos puntos ilegales de caza ha permitido la liberación de 13 zorzales a su hábitat natural, siendo localizados sin vida otras 40 aves (zorzal, curruca capirotada, curruca mosquitera, curruca cabecinegra y petirrojo), que han sido entregadas en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de Córdoba.
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