La consolidación de la ladera de la Villa concluye tras más de dos años de obras

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Las actuaciones forman parte de la primera fase del plan integral de mejora de esta zona de la localidad, que han contado con un presupuesto que ha superado el millón de euros

Emilio Yanes, en el centro, junto al delegado de Cultura de Cabra, José Luis Arrabal, ayer durante el anuncio de la finalización de las obras.
Emilio Yanes, en el centro, junto al delegado de Cultura de Cabra, José Luis Arrabal, ayer durante el anuncio de la finalización de las obras. / A. J. Roldán.
Antonio J. Roldán

28 de mayo 2017 - 02:32

Después de casi 28 meses y más de un millón de euros de presupuesto, el Ayuntamiento de Cabra anunció ayer la conclusión de la primera fase del plan integral de mejora en la ladera del barrio de la Villa, una zona que durante la última década presentaba graves problemas de seguridad para los vecinos debido a los constantes y paulatinos movimientos del terreno que, a finales de 2014, hicieron temer por la integridad tanto de las viviendas ubicadas en la calle Ana de la Rosa, en la parte alta del talud, como las situadas en la calle Tinte que, en algún caso, tuvieron que ser desalojadas por los problemas de estabilidad que presentaban algunos inmuebles debido a la presión que ejercía la ladera sobre ellos.

Esta situación provocó que el Consistorio, con un proyecto técnico elaborado por el Servicio de Arquitectura y Urbanismo (SAU) de la Diputación, se lanzara a acometer las primeras actuaciones de emergencia para evitar el deslizamiento del terreno. Un planeamiento de obra que pareció no cuadrar a la empresa pública Tragsa, encargada de los trabajos, que meses después de su inicio decidió suspender la actividad con objeto de reformular el proyecto ante los bajos coeficientes de seguridad que presentaba el redactado en Córdoba. El trabajo se retomó allá por el mes de septiembre del mismo año bajo la dirección del arquitecto Emilio Yanes, que eligió para frenar estos deslizamientos una técnica de sujeción a base de inyecciones de lenguas de hormigón hacia el interior del terreno, algo que, tras el paso de los meses, ha demostrado ser determinante para la feliz resolución de este problema.

Precisamente durante la inauguración de la jornada que el ciclo de jornadas formativas Aula Viva -organizado por la Delegación de Educación del Consistorio egabrense- dedicó ayer a conocer la historia y la realidad actual de la muralla de Cabra, el delegado municipal de Cultura, José Luis Arrabal (PP), hizo público el fin de las obras y explicó a los participantes en esta actividad algunos de los detalles más importantes que han jalonado esta compleja obra, tanto desde el punto de vista de la ingeniería como el administrativo.

"Quizás sea la inversión más importante que está llevando a cabo el Ayuntamiento", sentenció el edil, que, como curiosidad, indicó que se trata de unos trabajos "que no se ven", puesto que el sistema actúa en el interior del terreno, pero que han servido para asegurar definitivamente una zona especialmente problemática de la localidad.

"Este tipo de desniveles son siempre propensos al movimiento, de manera que la meseta va perdiendo terreno por el perímetro", indicó Yanes, quien señaló como dato que para la consolidación del talud han sido necesarias más de 600 toneladas de una mezcla estable de cemento-bentonita por medio de una técnica "muy de vanguardia" denominada inyección armada. Así se ha conseguido frenar el movimiento del terreno, así como mejorar la estabilidad de la calle superior y fortalecer la cimentación de los edificios ubicados en altura.

De esta forma, "se han sentado las bases para el siguiente paso", que, tal y como explicó el responsable de la obra, consistirá en "recuperar las murallas caídas, el paseo mirador que siempre hubo, garantizar la accesibilidad por la calle, que ahora mismo es muy difícil", y reconstruir algunos elementos que se perdieron para "permitir el uso y disfrute del pueblo en esa zona histórica", explicó el arquitecto.

Una página que ya pasó dejando paso a la segunda fase, aún sin fecha de inicio, que consistirá en la actuación de restauración de los 35 metros de trazado que discurren desde un alambor de la muralla medieval del municipio y a lo largo de un tramo lineal del propio paño defensivo, un monumento histórico-artístico que cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. Igualmente, se establecen otras actuaciones destinadas a mejorar esta pintoresca zona de la localidad.

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